Cuando Los Científicos Cristianos tienen un problema — y de vez en cuando lo tienen, como todos — a menudo es sanado rápida y calladamente antes de que otros se enteren. Pero no siempre ocurre así. A veces, hay algo más que aprender. Sin embargo, una curación que lleve tiempo y se dé a conocer, a menudo puede ser una bendición para muchos.
Hace algunos años, le dije a mi jefe que renunciaba a mi trabajo en la industria para dedicarme totalmente a ser practicista de la Ciencia Cristiana, y así ayudar y sanar a los demás por medio de la oración. Nunca me voy a olvidar su respuesta: "¿Vas a hacer qué? ¡Debes de estar bromeando! ¡Tú no eres un fanático religioso!"
Le aseguré que no lo era, pero le dije que iba a hacer esto y le di la fecha de mi partida. Naturalmente, pronto todos en la oficina se enteraron y me hicieron muchas preguntas sobre la Ciencia Cristiana.
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