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El poder reformador de las Escrituras

Esta serie ilustrada que se publica en el Heraldo trata sobre la dramática historia de cómo se desarrollaron las Escrituras en el mundo a lo largo de miles de años. Se concentra en los grandes reformadores que escribieron y tradujeron la Biblia. Muchos dieron su vida para hacer que la Biblia y su influencia reformadora estuviera al alcance de todos los hombres y mujeres.

Lutero lanza la Reforma Protestante

Primera parte

Del número de febrero de 1995 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


"La Biblia está viva, me habla; tiene pies, me sigue; tiene manos, me agarra". Así escribió Martín Lutero, el gran reformador que luchó para dar la Biblia al pueblo alemán.

Al traducir la Biblia para sus compatriotas alemanes, Lutero abrió las puertas del pensamiento en Europa Occidental, las que jamás pudieron volver a cerrarse. Su Biblia — la Biblia Luterana — estableció la norma para las traducciones futuras de las Escrituras del latín, hebreo y griego a idiomas que el común de la gente pudiera comprender, tales como el español, el francés, el portugués, el holandés, el sueco, el danés, el islandés y el inglés.

La audaz ruptura de Lutero con la Iglesia Católica Romana cambió la fisonomía de la cristiandad occidental para siempre. Esto, a su vez, creó un clima en el cual los hombres, mujeres y niños pudieron finalmente tener un ejemplar de la Biblia y leerla sin temor a las represalias.

LA NIÑEZ DE LUTERO


Lutero nació en 1483 en el pequeño pueblo de Eisleben, Alemania, en los límites de las montañas de Harz. Poco después de su nacimiento, la familia se mudó al pueblo cercano de Mansfeld, donde su padre, Juan Lutero, trabajó en las minas de cobre. Aunque la familia era pobre, el padre de Lutero trabajó duro para darles a él y a sus siete hermanos y hermanas una buena educación. Juan tenía una gran y especial ambición por el futuro de Martín, y anhelaba que algún día su hijo fuera un próspero abogado.

En una época en que muy pocos campesinos tenían una educación, Juan le dio a su hijo una excelente preparación. Cuando Lutero tenía siete años, comenzó la escuela en Mansfeld y luego asistió a la escuela en Magdeburg y en Eisenach, donde aprendió Latín, el lenguaje de la Iglesia, y leyes.

Después de finalizar su educación primaria y secundaria, Lutero continuó en la Universidad de Erfurt, donde estudió lenguaje, lógica y filosofía. Fue en la biblioteca de la universidad que vio por primera vez una Biblia completa, indudablemente en latín. Fascinado, Lutero pasó incontables horas leyéndola. Continuó sus estudios para completar su maestría a comienzos de 1505, y, a instancias de su padre, entró en la Facultad de Abogacía en Erfurt.

No obstante, en julio de ese año tuvo lugar un incidente que cambió el curso de su vida. Según cuenta la historia, Lutero caminaba de regreso a Erfurt después de visitar a su familia, cuando un rayo casi cayó sobre él. Aterrado, prometió unirse a una orden religiosa si Dios lo salvaba. Al cabo de dos semanas, a pesar de las protestas de su padre, abandonó la facultad de abogacía y se unió a la orden agustina de monjes en Erfurt. En ese entonces tenía veintidós años.

LUTERO EL MONJE


Lutero adoptó con todo entusiasmo la vida disciplinada, austera y severa de un monje. Se afeitó la corona de su cabeza y se vistió con la capa y capucha negra de fraile. Vivía en una celda de pequeñas dimensiones (2 x 3 m), sin calefacción, y comía sus comidas en silencio. Al cabo de un año, tomó sus votos finales de pobreza, castidad y obediencia. En abril de 1507 fue ordenado sacerdote.

Lutero fue tan diligente en su vocación que pronto el Vicario General de los Agustinos, Juan von Staupitz, lo eligió para un cargo de enseñanza en la Universidad de Wittenberg, que se acababa de fundar, donde Staupitz era profesor de teología. Allí, Lutero obtuvo su doctorado en teología en 1512 y fue seleccionado para suceder a Staupitz cuando el profesor se jubiló.

En 1516, el gran erudito holandés Erasmo publicó su fidedigna edición del Nuevo Testamento en griego. Lutero rápidamente aprendió griego para comprender el significado literal de los Evangelios.

Fue en esta época que Lutero se sintió profundamente perturbado. Escribió: "Día a día me sentía peor y más desdichado". Le atormentaba la creencia de que era un pecador imperdonable que no sabía cómo encontrar a Dios. Además, se sentía cada vez más desilusionado con la Iglesia, y comenzó a darse cuenta de que ésta se había desviado mucho de sus raíces.

Sin embargo, fue el amor que Lutero sintió por las Escrituras lo que lo libró de su aflicción. De pronto un día la siguiente declaración del Apóstol Pablo lo impactó: "El justo por la fe vivirá". Rom. 1:17. De inmediato Lutero comprendió que Dios justifica a los cristianos sobre la base de la pureza de su fe.

De ahí en adelante, Lutero tuvo una visión totalmente nueva de la Biblia. Más tarde escribió: "Las Escrituras en su totalidad cobraron un nuevo significado, y el amor que emanaba de ellas se tornó inexpresablemente dulce, de ahí que la cita de Pablo fue para mí una puerta al cielo".

LUTERO CONDENA LA IGLESIA


Una vez que Lutero comprendió que la salvación dependía de la firmeza de la propia fe que uno tuviera, se convenció de que "las obras" y rituales exigidos por la Iglesia medieval ya no eran esenciales para alcanzar la unidad con Dios. El comenzó a sentirse particularmente preocupado sobre la nueva práctica de la Iglesia de la venta de "indulgencias" o perdones por los pecados.

Lutero confeccionó una lista de noventa y cinco tesis o razones en las que señalaba que la venta de indulgencias estaba equivocada. De acuerdo con la tradición, él clavó la lista sobre la puerta de la iglesia del castillo, el Schlosskirche, en Wittenberg, en octubre de 1517, desafiando abiertamente a cualquiera a debatir con él sobre el tema. Al cabo de unos días, sus "Noventa y cinco Tesis" — rápidamente impresas en la imprenta recientemente inventada en Alemania — habían invadido el país. El pueblo alemán apoyó apasionadamente lo que sostenía Lutero.

En 1519, el teólogo y profesor Juan Eck desafió a Lutero a un debate que duró diez días. Eck arrinconó a Lutero para que reprobara la autoridad del Papa y los concilios de la Iglesia, y que sostuviera que la Biblia era la única autoridad que los cristianos debían aceptar. Esta declaración claramente catalogó y acusó a Lutero de hereje ante los ojos del papado, puesto que Juan Huss había sido quemado en la hoguera cien años antes por negarse a retractarse de la misma doctrina.

Lutero dedicó el año siguiente a escribir libros para refutar los argumentos de sus adversarios. Una de las ideas que promovió en estos libros era lo que él llamó "el sacerdocio de los creyentes", el concepto de que todos los cristianos son iguales ante los ojos de Dios. Por lo tanto, concluyó, no se necesita ningún sacerdocio especial.

Cuanto más escribía Lutero, más audaz y más directo se volvía. En junio de 1520, el Papa condenó todas las publicaciones de Lutero.

LA DIETA DE WORMS


En enero de 1521, el Papa excomulgó a Lutero. Ese mismo mes, el Santo Emperador Romano, Carlos, V, convocó una Asamblea de los príncipes de Alemania — desde entonces llamada la Dieta de Worms — para decidir qué iban a hacer con él. Después de un encendido debate, la Asamblea decidió hacer comparecer a Lutero ante ellos y pedirle que repudiara sus convicciones. El pidió un día para considerar su respuesta.

El siguiente día, cuando las autoridades trajeron a Lutero al salón repleto de gente, él dijo: "No puedo y no me retractaré de nada, porque no es correcto ni seguro ir contra la propia conciencia. Que Dios me ayude. Amén".

Los miembros simpatizantes de la Dieta trataron de convencer a Lutero de ceder, pero él se negó. Al cabo de un mes el Emperador Carlos V pronunció el Edicto de Worms, declarando a Lutero un proscrito y prohibiendo que se le diera ayuda o que se leyeran sus libros. Pero el amigo de Lutero, el Elector de Saxony, acudió a rescatarlo, ocultándolo y poniéndolo a salvo en el castillo de Wartburg.

Mary Trammell, nuestra Redactora Adjunta, es especialista en estudios bíblicos, y William Dawley, nuestro Redactor de Secciones Especiales, es un periodista con mucha experiencia.

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