A Las 4:31 de la mañana nos despertaron las violentas sacudidas de un terremoto cuya intensidad registrada fue de 6.8 grados en la escala de Richter. Tambaleándonos, como si estuviésemos caminando por el pasillo de un tren fuera de control, mi esposa y yo corrimos a recoger a nuestro bebé que dormía en la cuna. Entonces nos paramos debajo del marco de una puerta y oramos.
¿Cómo se ora en estos casos? Las experiencias de curación que habíamos tenido hasta entonces por medio de la Ciencia Cristiana, nos habían enseñado que debíamos acudir de inmediato a la calma y al poder espiritual de la presencia eterna de Dios. Afirmamos que el hombre y el universo nunca pueden ser separados de la seguridad del Espíritu. Sabíamos que el Amor divino no es la causa de desastres humanos, puesto que Dios es el socorro siempre presente de la humanidad.
La Biblia declara: "Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían", Nah. 1:7. y también, "Porque vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu de Jehová levantará bandera contra él". Isa. 59:19.
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