Mi Madre, Que por muchos años estuvo bajo el cuidado de los médicos por problemas del corazón, falleció en sus tempranos cincuenta años. Varios años después investigué la Ciencia Cristiana y descubrí que era muy parecida a mi manera de pensar en muchos sentidos. Me sentí particularmente alentada por la primera declaración de la Sra. Eddy en el Prefacio del libro de texto de la Ciencia Cristiana: "Para los que se apoyan en el infinito sostenedor, el día de hoy está lleno de bendiciones" (Ciencia y Salud, pág. vii). "El infinito sostenedor": ¡fue una definición de Dios que me hizo pensar!
La primera curación espiritual que tuve ocurrió una tarde después que había estudiado detenidamente tan sólo las primeras cuatro páginas del libro, buscando la definición de cada palabra que no conocía muy bien, y leyendo y releyendo cada párrafo hasta que el verdadero significado penetraba en mi comprensión. Cuando le dije a la amiga que me había dado a conocer el libro lo que había sucedido, ella recalcó con buen humor qué saludable estaría yo cuando terminara todo el libro.
Mi esposo, mi joven hijo y yo asistimos y nos afiliamos a una iglesia de la Ciencia Cristiana. Pasaron muchos años felices cuando de repente me di cuenta de que me estaba aproximando a la edad que tenía mi madre cuando falleció. Pensé sobre esto con frecuencia. Un día mi esposo y yo nos estábamos preparando para hacer un viaje, y al lavar las ventanillas de nuestra camioneta, sentí un dolor fuera de lo normal en el pecho. Esto ocurrió de vez en cuando hasta que un día empecé a experimentar pesadez severa en el área del pecho. Encontré que no podía hacer ningún esfuerzo, y sentí mucho temor.
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