Cuando Alguien Nos pregunta "¿Por qué oras?", hay varias respuestas posibles. Muchos oran todas las mañanas para sentirse más cerca de Dios. Otros desean protegerse a sí mismos de gente que según ellos son malas personas. Algunos oran porque tienen temor de tener problemas en el colegio o en el trabajo.
Es bueno orar por las mañanas para afirmar conscientemente la presencia de Dios en nuestra vida, como preparación para el día que tenemos por delante. En la Biblia el salmista exclama: "Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; para ver tu poder y tu gloria, así como te he mirado en el santuario". Salmo 63:1, 2. En otro salmo encontramos lo siguiente: "Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado; hazme saber el camino por donde ande, porque a ti he elevado mi alma". Salmo 143:8. Estas declaraciones no impiden que nos detengamos a orar en cualquier momento del día. Los relatos bíblicos muestran que Cristo Jesús dejaba a sus discípulos y oraba cada vez que sentía la necesidad de hacerlo. Tal vez lo más importante es que nos tomemos el tiempo para orar.
Por medio de la oración, reconocemos que Dios es la Mente omnipresente, omnipotente y omnisciente, y que por ser hijos de Dios, somos las ideas de esta Mente. Puesto que Dios es la única Mente, los buenos pensamientos, la sabiduría y la inteligencia provienen de esta Mente, que incluye toda consciencia verdadera.
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