El Último Día de clase del segundo año de secundaria, cuatro amigos y yo hicimos el pacto que ninguno de nosotros tomaría alcohol en los años que nos faltaban de la escuela secundaria. Durante todo el verano mantuve mi promesa en mi corazón y la utilicé para aquietar mis temores acerca de la presión de mis compañeros en esos años de adolescente.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!