PEQUEÑO RELATO SOBRE LOS SEIS COMITÉS
Comité de hebreo de Westminster: traductores del Génesis a 2 Reyes
Lancelot Andrewes resultó ser una elección brillante como presidente de este comité. Tenía un dominio asombroso del hebreo, griego, latín, caldeo, sirio y arameo, así como de unas quince lenguas vernáculas. Tenía un conocimiento tan profundo de los Padres de la Iglesia que con frecuencia sus amigos lo comparaban con uno de "aquellos hombres virtuosos". Era una especie de centro de información internacional para los eruditos en la Biblia de lnglaterra y del Continente. Sus sermones eran inigualables.
Entre los nueve miembros del comité de Andrewes, se encontraban dos armenios que se expresaban con toda libertad: el erudito en teología Hadrian Saravia; un aventurero llamado John Layfield, quien fuera capellán en las lndias Occidentales y que escribió un libro sobre sus viajes, y William Bedwell, quien estableció cursos de árabe en lnglaterra.
Andrewes, un hombre tímido y tolerante, estaba muy bien calificado para ser mediador entre los diferentes bandos de su comité. Al hacerlo presidente del grupo de hebreo de Westminster, Jacobo y Bancroft pusieron el Pentateuco en manos de un experto literato.
Comité de hebreo de Cambridge: traductores desde 1 Crónicas hasta Eclesiastés
Este comité tenía a algunos de los más destacados expertos en hebreo de lnglaterra. Su presidente era Edward Lively, un anglicano moderado que prefirió el matrimonio y trece hijos, en vez de alcanzar un alto rango en la universidad. Lively escribió un importante libro de gramática hebrea de su época, y estaba convencido de que uno tenía que volver a los textos originales en hebreo para comprender las enseñanzas del Antiguo Testamento. Es natural que él deseara que la Biblia nueva fuera una nueva traducción del hebreo.
Su temprana muerte en 1605, sumió al comité en una confusión temporaria. Aun así su forma de pensar permaneció en los dos comités de Cambridge, ya que él fue el supervisor general de todo el grupo y había designado a todos los traductores.
Después de la muerte de Lively, John Richardson asumió el cargo de presidente del comité. Es probable que Richardson mantuviera sus propios puntos de vista de armenio radical reservados para sí mismo, respetando los del muy amado Laurence Chaderton, un líder nacional del movimiento puritano.
Chaderton debió de ser para el grupo de Cambridge, la fuente espiritual e intelectual que Lancelot Andrewes fue para el grupo de Westminister. Como padre del estilo de predicación evangélica en lnglaterra, Chaderton debió de ser un trabajador inapreciable en la traducción de los grandes libros poéticos de la Biblia, tales como Salmos, Proverbios, el Cantar de los Cantares y Eclesiastés.
Otros miembros del comité fueron el poeta Thomas Harrison y el popular escritor Francis Dillingham.
Comité de hebreo de Oxford: traductores desde lsaías hasta Malaquías
Su presidente John Harding era profesor Regius de hebreo en Oxford. El era puritano y nombró en su comité a varios eruditos de su mismo parecer. De modo que, quizás con sabiduría, Bancroft le asignó a este grupo radical una importante, aunque no controvertida sección de la Biblia, las majestuosas y poéticas voces de los grandes profetas hebreos.
El espíritu guía del comité fue el apasionado calvinista John Rainolds, quien había iniciado el proyecto de la traducción completa en la Conferencia de la Corte de Hampton. Aunque Rainolds estaba gravemente enfermo, él persistió con firmeza en su obra. Los otros miembros del comité iban a su apartamento de la Universidad de Corpus Christi, una vez a la semana para trabajar con él junto a su lecho, hasta su muerte en 1607.
La erudición de Rainolds era considerada "casi milagrosa" en todo el ámbito, en particular en hebreo y en lenguas orientales. Era especialmente apropiado que un hombre que en cada uno de sus sermones tocaba el tema del pecado, dirigiera la traducción de los profetas israelitas como Jeremías y Amós, quienes estuvieron tan afligidos por los pecados de su pueblo.
Entre los traductores de este comité se encontraban el profesor Regius en teología, Thomas Holland, el popular predicador puritano Richard Kilbye, y Miles Smith (conocido como la "biblioteca andante", por sus conocimientos de caldeo, sirio, árabe, hebreo, griego, latín y geografía).
Comité de griego de Cambridge: traductores de los libros Apócrifos
De los seis miembros del comité que tradujeron los Apócrifos, por lo menos tres eran hombres de iglesia de menor jerarquía, quienes es probable que vieran los libros Apócrifos como algo menos que la Palabra de Dios. Es posible que ellos desearan eliminarlos por completo de la Biblia nueva.
De manera que Bancroft escogió a un hombre poderoso en la iglesia, John Duport para presidir el grupo, equilibrando el comité de menor rango de la iglesia. Por haber sido dos veces consejero en Cambridge, Duport tenía la reputación de ser estricto con la disciplina y por arengar constantemente contra los "Desórdenes en la Universidad".
Es probable que el que más apoyara el comité de Duport haya sido Andrew Downes, un hombre prominente de la iglesia que era considerado el más importante erudito en griego de la época. Otro miembro destacado del comité era el prominente alumno de Downes, John Bois, quien — por ser el miembro más joven — bien pudo haber sido el más trabajador del comité. Bois, ministro muy popular conocido por sus pulidos sermones, era algo así como una dínamo. El trabajaba contra el reloj comenzando sus disertaciones en hebreo y en griego a las cuatro en punto de la mañana.
El miembro del comité Samuel Ward, director de la Universidad de Sidney Sussex, era un puritano apasionado, famoso por haber educado a algunos de los grandes predicadores de la época. Su sensibilidad por el estilo debió de darle a los Apócrifos de la Biblia King James mucho de su poder dramático. Siendo un pacificador de toda la vida, Ward debe de haber derramado un bálsamo sanador sobre las discusiones en un comité que de otro modo podría haberse tornado en una batalla campal teológica.
Comité de griego de Oxford: traductores de los Evangelios, Hechos y Apocalipsis
Bancroft asignó los libros que contienen el corazón de las enseñanzas de Jesús a un comité con un cuidadoso equilibrio entre los hombres prominentes de la iglesia y los de menor jerarquía. Para guiar al grupo en este trabajo, eligió como presidente al fiel y prominente anglicano Thomas Ravis, conocido en Oxford como un administrador excelente que aplicaba la disciplina con firmeza, encerrando a veces a los estudiantes por su mala conducta. Al principio Ravis objetó la idea de la nueva traducción, probablemente porque no deseaba apartarse del vocabulario de la antigua Biblia de los Obispos.
Sin embargo, varios miembros liberales del comité puede que hayan objetado la tendencia conservadora de Ravis, en especial el temperamental puritano George Abbot. Abbot no fue nunca un erudito en la Biblia, pero era tan devoto de la corona, la Iglesia y la Biblia que con el tiempo Jacobo lo nombró arzobispo de Canterbury. Él tenía una maravillosa destreza con las palabras, para predicar y escribir en un inglés correcto y claro.
En el comité había cuatro eruditos en griego muy competentes. El más sobresaliente de ellos era el Rector de Eton, Sir Henry Savile, quien tenía una excelente reputación internacional como traductor y educador.
Comité de griego de Westminster: traductores desde Romanos hasta Judas.
Es probable que este comité fuera un verdadero desafío para Bancroft. Sólo tres de los siete miembros eran eruditos en griego y los tres mantenían una postura mental puritana calvinista. Él debió temer que esto podría darle una inclinación definitiva al fundamento de las enseñanzas de Pablo. Bancroft resolvió este problema nombrando como presidente a William Barlow, un miembro de la iglesia de ideas conservadoras. El Arzobispo sabía que Barlow — como hombre encumbrado de la iglesia y el único autor con obras publicadas que estaba en el comité— sería capaz de hacerles frente a los puritanos.
Los miembros del comité tenían muchos puntos fuertes. Barlow era un eficiente escritor de tractos y sermones. Roger Fenton era un persuasivo predicador popular; y John Spencer era el talentoso redactor de las famosas Leyes de Política Eclesiástica (Laws of Ecclesiastical Polity) de Richard Hooker.
El grupo de griego de Westminster era sobre todo, un comité de ministros practicantes dedicados a representar una corriente cristiana Eran primero, hombres de iglesia y después, eruditos. De modo que eran los más importantes portavoces en lengua moderna, de los grandes escritores de epístolas de la Iglesia Cristiana primitiva.
RESUMEN
Había una brillantez uniforme en las decisiones que el rey y el arzobispo Bancroft tomaron al asignar la traducción a los seis comités de eruditos. Tales decisiones fueron a veces ecuménicas, otras veces conservadoras y a veces interesadas. Pero eran siempre prácticas y en el mayor beneficio del material bíblico.
No es difícil imaginar que, cuando esos puritanos, armenios y hombres prominentes de la iglesia, se reunieron por primera vez en sus salas del comité, tuvieran serios debates. También habrá habido explosiones teológicas.
Pero lo que debe de haber alentado a los traductores, año tras año a través de su tediosa y exacta labor, fue un elevado sentido de su misión — forjar una Biblia en inglés que perdurara a través de los siglos —, una Biblia que no solo fuera aceptable para las distintas corrientes teológicas de pensamiento, sino que fuera tan cercana a los textos originales que estuviera por encima de todo desafío, controversia o fracaso. A medida que esos hombres notables siguieron su camino trabajando hombro a hombro a través de los textos sagrados, dichos textos debieron de darles la certeza de que la presencia divina estaba trabajando con ellos, a través de ellos y en ellos.