Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

Mensaje del Presidente de La Iglesia Madre

Del número de enero de 1996 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


El 15 de agosto de 1995, el Asesor Legal de La Iglesia Madre, , envió un informe a los miembros de la Iglesia, describiendo los elementos más importantes de un juicio que podría tener como resultado el cambio de la forma de gobierno que Mary Baker Eddy estableció para su Iglesia. En este proceso, los actuales y anteriores funcionarios de la Iglesia y de La Sociedad Editora de la Ciencia Cristiana, son demandados por dos miembros de la Iglesia que quieren que un tribunal interprete (y por medio de eso fundamentalmente cambie) algunos de los documentos más importantes que estableció la Sra. Eddy.

El informe que el Sr. Jones envió a los miembros estaba acompañado de una carta del Presidente de La Iglesia Madre, quien el 22 de agosto también se dirigió a los empleados de la Iglesia en el Edificio Original de La Iglesia Madre. He aquí algunos pasajes de los comentarios del Sr. Driver.

¡Buenas tardes, empleados y miembros! Estoy encantado de estar aquí para abrir esta reunión.

En estos pocos meses que hace que soy Presidente he estado más consciente que nunca de la necesidad de abrazar en el amor de Dios a todos los miembros de nuestra familia de iglesia, dondequiera que estén geográficamente y dondequiera que estén mentalmente, ya sea oponiéndose o apoyando los diversos asuntos que están en controversia. Parece contradictorio que en las familias, donde debería haber la mayor unidad, haya a veces división. En este momento tenemos dos miembros de esta familia de iglesia que están demandando a otros miembros de esta misma familia.

Pero las profundas diferencias familiares no son nuevas. Si consideramos los comienzos de los tiempos bíblicos, tenemos a Caín en contra de Abel, una división que tuvo como final un asesinato. Es interesante notar que cuando la Sra. Eddy habla acerca de esa diferencia familiar en Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, ella no acusa a las personas. Ella se dirige directamente al error que produce la división: la creencia de que la vida, la sustancia y la inteligencia están en la materia. Ella dice que es esto lo que "quebranta a la vida y a la hermandad del hombre desde el comienzo mismo" (pág. 541). La culpa la tiene el mal, o magnetismo animal, la creencia en algo que se opone a Dios.

Posteriormente, otra diferencia familiar — entre Jacob y Esaú— duró años. Y como ustedes bien saben, existía la amenaza de que hubiera otra reunión violenta, hasta que en esa noche maravillosa Jacob luchó en el Peniel. Jacob luchó con un sentido falso y mortal de identidad, un sentido falso y mortal de sí mismo, ciertamente, pero sin duda un sentido falso de su hermano también. Y se aferró al ángel redentor hasta que su naturaleza fue transformada. Y, a la mañana siguiente, tuvo una reunión con Esaú, que debe de ser una de las reconciliaciones más maravillosas de la historia, en toda la literatura. Hubo un abrazo, hubo gratitud, hubo generosidad, en lugar de la masacre que se temía.

Ahora bien, si podemos mantener esa misma actitud de no acusar a ninguna persona, ni a grupos, sino acusar en su lugar a la falsa creencia básica de que puede haber algún poder opuesto a Dios, nosotros también podemos encontrar reconciliación.

Estamos hoy aquí porque hay gente que obviamente ama el Manual de La Iglesia Madre y la Iglesia, que tiene un punto de vista. Y hay otros que también obviamente aman el Manual y la Iglesia, que tienen un punto de vista muy diferente. Pero el punto de vista del razonamiento humano no es por sí mismo suficiente. Debe haber una forma diferente de verlo.

Si leemos Ciencia y Salud simplemente con el razonamiento humano, no llegaremos muy lejos. La Ciencia Divina parece bastante irrazonable desde este punto de vista, de modo que necesitamos comprender a Dios y Sus leyes. Tenemos que usar el mismo enfoque al considerar el Manual, el que la Sra. Eddy afirma contiene leyes que percibió "por un poder impersonal" (Escritos Misceláneos, pág. 148).

En Escritos Misceláneos hay una carta muy ilustrativa en la que últimamente he estado pensando mucho. La Sra. Eddy describe la manera compleja en que se transfirió el terreno de su Iglesia. Ella dice: "El terreno, y la iglesia edificada sobre él, tendrían que ser transferidos en una forma tal que representara la verdadera naturaleza de la dádiva; en una forma que fuera moral y espiritualmente inalienable, aunque materialmente cuestionable — o sea, de la manera en que todo bien espiritual se manifiesta a los Científicos Cristianos, a fin de poner a prueba su fe en Dios, y su adhesión a la superioridad de los derechos del Espíritu sobre la materia o títulos meramente legales". Y más adelante escribe: "El cimiento sobre el cual habría de edificarse nuestra iglesia tenía que ser rescatado del dominio del poder judicial, y ahora había que devolverlo a los brazos del Amor, si no queríamos hallarnos luchando contra Dios" (pág. 140). Y nos asegura: "Creo — más aún, comprendo — que con el espíritu de Cristo animando a todas las personas interesadas en este argumento legal, todo podrá corregirse fácilmente para satisfacción de todos. Recomiendo que esto se haga rápidamente. No manchéis, os lo imploro, el comienzo de la historia de la Ciencia Cristiana con los impulsos de la voluntad y el orgullo humanos; sino dejad que la voluntad divina y la nobleza de la mansedumbre humana gobiernen esta transacción, en obediencia a la ley del Amor y a las leyes de nuestro país" (pág. 141).

Para concluir, quisiera ampliar algo que escribí al final de la carta que acompaña el informe de Gary Jones. Cité a la Sra. Eddy cuando dije que nuestra necesidad actual es tener "fe en lo que Dios disponga" (The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág. 281). Ella dijo esto cuando Rusia y Japón estaban en guerra. La Sra. Eddy había pedido a los miembros de su Iglesia que oraran por una pronta pacificación entre ambos países. Luego, dos semanas más tarde, pidió a los miembros que dejaran de orar especialmente por la paz. Entonces surgieron las preguntas: ¿Por qué? ¿Qué tiene de malo esa oración? Al responder, ella indicó que, aunque parecía tener un digno propósito, la oración por un resultado tan específico era aún una forma humana de delinear las cosas. Y luego ella dice que nuestra necesidad actual era tener "fe en lo que Dios disponga". Ella presentó los resultados a la corte más elevada — la corte del Espíritu (a la que se refiere en la alegoría del juicio que comienza en la página 430 de Ciencia y Salud). De la misma manera, cada uno de nosotros podemos en nuestra oración elevar esta situación actual a la corte del Espíritu, donde el sentido espiritual dará el veredicto correcto.

Es interesante destacar que poco después de esta comunicación a los miembros de su Iglesia, se firmó un tratado de paz entre Rusia y Japón, no en Ginebra, París o Washington, ni en ninguna de las grandes capitales del mundo, sino en Portsmouth, New Hampshire, a pocas millas de la casa de la Sra. Eddy. ¿Fue sólo coincidencia o coincidió con su implícita confianza en "lo que Dios disponga?"

En respuesta a la carta enviada el 11 de agosto, la Iglesia recibió cientos de llamados telefónicos y docenas de cartas (algunas adjuntando contribuciones monetarias). Estos son extractos de algunas de esas cartas:

Conocí la Ciencia Cristiana en 1991, cuando buscaba curación y paz. Encontré ambos.

Luego, en 1992, me hice miembro de La Iglesia Madre sin entender mucho los problemas que había entre algunos de los miembros, entendiendo solamente que la Ciencia Cristiana era la respuesta que había estado buscando toda mi vida.

El resumen de dieciocho páginas que recibí sobre el juicio entablado contra La Iglesia Madre fue sumamente esclarecedor e informativo, y les agradezco por haberlo enviado.

Cuentan con mi apoyo diario por medio de la oración para que esta situación se resuelva sin consecuencias perjudiciales para la Iglesia, el Manual, o la Junta Directiva — a corto o largo plazo — y para que la Ciencia Cristiana pueda continuar con su misión sanadora.

Fue motivo de sumo placer haber recibido el tan destacado documento que preparó [el Asesor Legal] y que fuera mente distribuido [a los miembros]. Es de lamentar que tengan que dedicar su tiempo y atención a las cuestiones presentadas, pero su esfuerzo representa un logro espléndido. Creo que vencieron el desafío presentado por el tema y lo comunicaron en un formato legal manteniendo una manera comprensible y fácil de leer. Felicito [al Asesor Legal] y a la Iglesia por lo importante del contenido expresado y por la gentileza de comunicarlo.

En estos momentos en que Ciencia y Salud se está poniendo a la venta en librerías y más gente lo está conociendo, lo que menos necesitamos son divisiones. Esto es lo que la mente mortal quisiera lograr, pero nada puede cambiar lo que ha llegado por inspiración espiritual.

Quiero expresar mi sincera gratitud por la labor realizada por [el Presidente de la Iglesia], los funcionarios de la Iglesia, y el Asesor Legal donde se detalla a todos los miembros el juicio pendiente contra nuestra Iglesia. !Qué necesario era este informe! Los breves artículos que aparecieron de vez en cuando en nuestras publicaciones en el año y medio pasado no nos daban suficiente información como para poder orar específicamente para proteger nuestra Causa de estos ataques del magnetismo animal.

Ahora nos queda claro qué dirección debemos tomar al apoyar por medio de la oración estos esfuerzos para "preservar la forma de gobierno que nuestra Guía estableció con tanto cuidado y oración para su Iglesia", como [escribió el Presidente] en el último párrafo de [su] carta.

No tengo la menor duda de que nuestra Iglesia saldrá vencedora, y esto me recuerda las palabras de Jesús a Pedro: "Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella" (Mateo 16:18).

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / enero de 1996

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.