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Nunca hemos estado fuera del amoroso cuidado de Dios

Del número de junio de 1996 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Esto Es Lo que el eterno Cristo, la Verdad, nos está haciendo percibir. Un himno de la Ciencia Cristiana dice:

Con el Cristo me refugio
en el plan que Dios me da,
y en la pura unión eterna
veo al hombre en perfección.
Y sabemos que el pecado
impotente es contra el bien;
la Verdad nos da dominio:
con el Cristo estoy en Dios.Himnario de la Ciencia Cristiana, N° 370.

Sin embargo, para entender y probar que el hombre es perfecto, debemos reconocer que no hay ninguna otra mente, inteligencia o poder excepto Dios, porque no puede haber algo que se oponga a Dios, quien es todo el poder. En conformidad con esto, Cristo Jesús dijo: “Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios”. Mateo 22:29.

La mente humana cree que nuestro cuerpo tiene poder, vida e inteligencia, que puede estar enfermo, fracturado, deformado y que puede envejecer. Mary Baker Eddy escribe en Ciencia y Salud: “La mente humana se opone a Dios, y hay que despojarla, como declara San pablo”.Ciencia y Salud, pág. 151. Debido a que Dios es el bien y es Todo-en-todo y el hombre es Su imagen y semejanza, nosotros no podemos tener dos mentes o poderes, uno bueno y el otro malo. Para reclamar nuestra perfección como hijos de Dios, necesitamos estar continuamente vigilantes ante los falsos reclamos de una mente maligna, negándoles la entrada, y no dándoles poder en nuestro pensamiento. De esta manera obedecemos el mandato de Jesús: “Lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad”. Marcos 13:37.

La verdad de que somos en realidad perfectos, siempre protegidos con Cristo en Dios, nos ayuda a eliminar el temor y la obstinación. Éste es el fundamento para liberarse de la violencia, de los fracasos en la familia y en el matrimonio, de la enfermedad y del pecado, porque revela el dominio que tiene el hombre sobre el mal ahora, y la condición del hombre como la perfecta semejanza espiritual de Dios. Desde este punto de vista, no necesitamos temer al pasado, al presente ni al futuro, ya que éstos están protegidos sin ningún riesgo por la amorosa mano de nuestro Padre, la Mente omnipotente.

El plan del Padre, Su amorosa guía y gobierno, nos incluye a todos nosotros, a la comunidad y a todo el mundo. Uno se siente sumamente humilde ante la presencia omnipotente de Dios, que nos protege y nos nutre amorosamente con pensamientos santos y puros que bendicen y traen curación. No es de extrañar que la palabra regocijar se mencione tantas veces en la Biblia. Cuando nuestros pensamientos son elevados dentro de la luz de la Verdad, el sueño de que existe un poder opuesto al bien desaparece en la nada, y estamos más y más conscientes del gran amor de Dios. Sin duda, éste es el santo plan de Dios, abrazar a todos en la verdadera hermandad. Ciencia y Salud declara: “Con un mismo Padre, o sea Dios, todos en la familia humana serían hermanos; y con una Mente única, y siendo ésa Dios, o el bien, la hermandad del hombre consistiría de Amor y Verdad y tendría unidad de Principio y poder espiritual, que constituyen la Ciencia divina”.Ciencia y Salud, págs. 496—470.

Yo tuve la oportunidad de probar que el hombre se encuentra siempre bajo el cuidado amoroso de Dios. Temprano una mañana había estado estudiando algunas referencias de las palabras eternidad y eterna en Ciencia y Salud. Más tarde a la noche tuve un accidente en mi casa. Me caí hacia atrás y golpeé con todo el peso sobre mi espalda, y sentí que me había lastimado internamente en un costado. Cuando traté de levantarme, estaba pensando en la palabra bien, y también en el hecho de que no puede haber accidentes en la Ciencia divina. Muchas verdades del amoroso cuidado de Dios inundaron mi consciencia.

Decidí llamar a una practicista de la Ciencia Cristiana y pedirle tratamiento. Yo necesitaba tratar mi pensamiento acerca de que no podía valerme por mí misma, ya que tenía dificultades para hacer las funciones más elementales, pero continué afirmando la perfección del hombre “ahora”. Al día siguiente experimenté una notable mejoría, y a la tarde del tercer día pude manejar mi auto para ir a la reunión de Testimonios de los miércoles en mi filial de la Iglesia de Cristo, Científico. No obstante, necesitaba progresar más, porque a la noche no podía darme vuelta en la cama. Continué trabajando con las ideas que me venían al pensamiento, y la practicista me continuó tratando. En unos días todo volvió a la normalidad.

Dios, el Espíritu, es eterno y nunca puede ser fracturado ni lastimado, como tampoco Su semejanza. Cuando aceptamos este hecho, negamos la creencia de realidad en la materia y la sacamos de nuestro pensamiento, y reconocemos la perfección del hombre como hijo de Dios, de a poco vamos probando nuestro dominio.

Tengo diez años más de lo que normalmente se espera que el hombre viva, sin embargo, he aprendido que podemos probar cada vez más la perfección eterna del hombre ahora y reconocer el cuidado amoroso del Padre. Tal como limpiamos el polvo de la ventana, también podemos limpiar el polvo del mal y del pecado de nuestra consciencia, y vernos a nosotros mismos como el santo y puro reflejo de Dios.

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