¿Sabías que puedes encontrar dragones en la Biblia? Puedes encontrar la historia de una lucha contra un dragón en el capítulo 12 del libro del Apocalipsis. Allí leemos sobre Miguel y sus ángeles que echan fuera al gran dragón escarlata.
Sabemos que los dragones que expulsan fuego por sus narices no son animales verdaderos sino criaturas imaginarias que aparentan dar mucho miedo. Por lo tanto, ¿por qué crees que esta historia de un dragón está en la Biblia?
Como tú sabes, la Biblia nos enseña acerca de Dios. Por medio de las Escrituras aprendemos que Dios es siempre bueno y todopoderoso, y que Él ama y cuida a todos Sus hijos. Cuando la Biblia nos muestra cómo nos protege Dios, a veces cuenta que los ángeles de Dios están con nosotros, o que Él los manda a ponerse delante de nosotros, o que un ángel le habla a alguien. Uno de los ángeles se llama Miguel. Pero los ángeles no son criaturas ni personas con alas.
¿Qué son los ángeles? Puedes encontrar la respuesta en Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy. Allí, los ángeles son descritos de esta manera: “Pensamientos de Dios que vienen al hombre; intuiciones espirituales, puras y perfectas; la inspiración de la bondad, de la pureza y de la inmortalidad, que contrarresta todo mal, toda sensualidad y toda mortalidad”.Ciencia y Salud, pág. 581.
Cuando la Biblia dice que Miguel y sus ángeles echan fuera al dragón, o mal, eso nos hace recordar que Dios, el bien, es el único poder. Aprendemos que si algo nos asusta, podemos recurrir a Dios y Sus pensamientos en busca de ayuda.
¿Y cómo hacemos eso? Quedándonos quietos y escuchando las ideas buenas que provienen de Dios, la Mente divina. Entonces nos acordamos que Dios es nuestro Padre–Madre que siempre cuida de nosotros, y que todo lo que Él hizo es muy bueno. Esto significa que nosotros somos buenos y perfectos. Los pensamientos verdaderos de Dios destruyen los pensamientos temerosos y nos hacen sentir felices y bien, porque sabemos que realmente somos hijos de Dios. Los pensamientos de Dios también nos ayudan a comprender que no hay poder en el mal, ya sea que un dragón o alguna otra cosa parezca asustarnos.
Una amiga mía que es practicista de la Ciencia Cristiana, (un practicista ayuda a las personas orando con ellas para que sanen) me indicó que hay un dragón en el versículo 13 del Salmo noventa y uno. El versículo dice así: “Sobre el león y el áspid pisarás; hollarás al cachorro del león y al dragón”. Todas estas criaturas puede que nos den temor. Pero la Biblia nos dice que no tenemos que prestar atención a aquello que nos atemoriza o impresiona. En lugar de eso, nos podemos dar cuenta de que Dios es todopoderoso.
Esta inspiración me alentó a orar por unas verrugas que me habían estado molestando por mucho tiempo. En vez de preocuparme, esta vez me detuve a escuchar los pensamientos que provenían de Dios. Comprendí que Dios creó todo y que Su creación, incluso yo, es muy buena. Esto no deja lugar para las verrugas. Solo porque me habían parecido que eran reales por mucho tiempo, no significaba que eran verdaderas, o que eran parte de mí. Los pensamientos de Dios que me vinieron a la mente, me demostraron que como hija de Dios, yo soy espiritual, creada a Su semejanza. Estoy constantemente rodeada y protegida por Dios, que es Amor.
Declaré con firmeza que Dios es todopoderoso y que yo soy Su hija, totalmente pura. Declaré que las verrugas no tenían poder para impresionarme ni ocupaban un lugar en mi pensamiento. Luego un día me di cuenta de que las verrugas habían desaparecido completamente.
No hay límites en cuanto a las maneras en que las ideas de Dios nos pueden ayudar. Mi hermana sufría de dolores de cabeza, y yo le conté a ella un poco sobre los pensamientos angelicales que me vinieron. La alenté a que viera la omnipotencia y la omnipresencia de Dios, el Amor, y rehusamos darle poder a los dolores de cabeza. Esto debe de haberla sanado, porque pronto la escuché decir: “El dragón desapareció en una nube de humo”.
No tienes porqué tener miedo a los dragones o a los problemas que parecen ser dragones. Dios está contigo ahora y siempre, así como Sus pensamientos de amor hacia ti. En el Salmo 91, el salmista dice esto de Dios: “A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos”. Salmo 91:11.
