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“Habia nudos en mi pensamiento...”

Del número de enero de 1998 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


En Un Momento Bastante triste de mi vida, cuando mi madre estaba sufriendo de artritis, bronquitis crónica y alergias entre otras cosas, conocí la Christian Science.Pronúnciese crischan sáiens

Parecía que nada podía sanar a mi madre. Los médicos habían probado todos los nuevos medicamentos que salían; incluso las llamadas medicinas alternativas no tenían el efecto deseado. En ese momento yo quería hacer cualquier cosa para ayudarla. Recuerdo el día en que un vecino vino a preguntar acerca de la salud de mi madre. Cuando le informé de su estado, él me habló de la Christian Science.

A través de El Heraldo de la Christian Science encontré el nombre de un practicista. Luego llamé a mi madre y le pregunté si quería comunicarse con él. Ella aceptó gustosa. Se comunicó con el practicista, y él le envió una Biblia y Ciencia y Salud, como también otra literatura.

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