fue hasta hace poco fiscal estatal del condado de Adams en Quincy, Illinois, E.U.A. Pensamos que el Sr. Walden tiene un enfoque muy original en su labor y por eso lo entrevistamos siendo fiscal. En la actualidad es juez.
Scott, cómo fiscal ¿qué tipo de casos se le asignan?
Tenemos toda clase de casos, desde exceso de velocidad hasta asesinatos. Pero paso la mayoría del tiempo atendiendo casos de drogas y de abuso sexual de menores.
¿Cómo considera la finalidad de su trabajo?
Mi trabajo en gran parte tiene que ver con el aspecto punitivo. Trato de probar la culpabilidad de gente que comete diversidad de delitos y busco que se les dé lo que creo que es el castigo apropiado. De hecho, considero que el castigo es parte de un proceso educativo.
¿Es importante la oración en su trabajo?
Tiene su lugar en todo lo que hago. Una de las cualidades específicas que trato de tener presente y expresar durante el día, y especialmente en el tribunal, es la humildad. Considero que es una de mis herramientas más valiosas. Las cosas marchan mejor cuando me detengo y pienso que todas las cualidades que expreso provienen de Dios. No son mías. La oración expande mi capacidad para hacer frente a toda clase de situaciones.
¿Podría darnos un ejemplo específico de la manera en que recurre a la oración en su trabajo?
El punto culminante de un juicio criminal ocurre cuando se presentan los argumentos de cierre, que es cuando los abogados —tanto el fiscal como el defensor— exponen su teoría sobre el caso, explican su interpretación de los hechos, y tratan de dar una guía al jurado, y a menudo no hay mucho tiempo para prepararse para eso. A veces siento mucha ansiedad. Esto es, espero acordarme de todo: de todos los puntos que creo que son importantes que exponga. Luego, me detengo y pienso cuál es la fuente de mi inteligencia. Dios es Mente, y la Mente es inteligencia, y yo reflejo esa inteligencia. Es algo que puedo hacer sin esfuerzo alguno. De modo que cuando me tomo el tiempo para hacer eso —que a veces es apenas segundos antes de comenzar los argumentos de cierre— los pensamientos surgen libremente de una manera organizada, y en una forma en que el jurado puede comprenderlos y puede obtener una perspectiva del caso que, de otro modo, no podría obtener.
Usted dice que Dios es Mente. ¿Podría aclarar qué quiere decir con eso?
Bueno, en el libro de texto de la Christian Science, la Sra. Eddy define lo que es Dios en detalle. Y esa es una de las primeras preguntas que supongo que se haría todo el que piense seriamente sobre religión. Ella simplemente pregunta: “¿Qué es Dios?”, y responde dando varios sinónimos que describen lo que es Dios, y uno de ellos es Mente divina. Véase Ciencia y Salud, pág. 465.
¿Ycómo tiene acceso a esta inteligencia?
La Biblia dice en Génesis que Dios hizo al hombre a Su imagen y semejanza. Véase Gén. 1:26. Y yo reflejo esa inteligencia, al igual que todo hombre, mujer y niño. Reflejamos todas las cualidades de Dios, incluso la Mente, o inteligencia.
En su trabajo ve mucha maldad. ¿Qué piensa acerca del mal? ¿Considera que una persona puede ser mala?
Desde que comencé a hacer esta clase de trabajo he hecho el esfuerzo consciente para separar a la persona del mal. Nunca le digo al juez: “Esta persona es mala; es necesario que tenga tal o cual castigo”. Algunas de estas personas han hecho cosas que son muy, muy malas. Pero, como dijimos antes, cada uno de ellos es en realidad el hijo de Dios, aunque no lo hayan comprendido todavía. Todos somos hijos de Dios. Si me desvío y veo a esa persona como algo menos que el hijo de Dios, algo menos que la expresión completa de todas las cualidades de Dios, entonces lo estoy aceptando también para mí.
¿Cómo podría explicar que una persona que ha hecho algo terriblemente malo es aun así el hijo de Dios?
Creo que todos sentimos realmente que dentro de nosotros mismos somos genuinamente buenos. Aun aquel que comete un delito. Creo que es natural que pensemos que esa persona, en su verdadera naturaleza, es buena. Por lo menos, así lo veo en mi trabajo. A través del sentido espiritual sentimos que hay algo bueno allí que es necesario que salga a la luz y se demuestre, y que limpie lo que queda. Así es como lo enfoco, y creo que otros también lo hacen así.
¿Qué resultados observa al encarar su trabajo de esta manera?
Una de las reglas que tengo en mi oficina es la de tratar a los delincuentes con dignidad en el contacto diario que tenemos con ellos. Y he visto que, aun después de que he recomendado que un delincuente fuese enviado a la cárcel, y ha sido encarcelado, no es raro que lo vea nuevamente en la calle. Nuestra comunidad es relativamente pequeña, alrededor de cuarenta mil habitantes. Si veo a alguno en la calle, se acerca y me agradece por haberme ocupado de él, por haber provisto para él una educación adecuada, por haberle dado cierta dirección en la vida.
Eso debe ser muy gratificante.
Sí, lo es. Especialmente cuando han sido sentenciados a prisión. No es muy común que digan: “Gracias, Scott, aprecio lo que hizo”, aunque ha ocurrido algunas veces.
