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¿Es larga tu lista de gratitud

Del número de noviembre de 1998 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Cuando Era Niña en el Día de Acción de Gracias hacíamos una gran reunión donde venían muchos familiares, incluso primos de mi edad, y había juegos y una comida digna de un rey. Pero muchos años más tarde, cuando nuestros hijos eran pequeños, durante tres años seguidos cuando llegaba esa fecha, me sentía muy triste y desanimada. Debido a circunstancias de último momento, ni siquiera tuvimos pavo para la cena. Si bien el servicio de Acción de Gracias de una iglesia filial de Cristo, Científico, era un refugio donde encontraba gozo y alabanza, el resto del día era una lucha contra la depresión y la soledad. Así empecé a tener miedo de que llegara el Día de Acción de Gracias.

Pero cada vez que oraba sentía la certeza de que el Amor divino estaba presente y eso me llenaba de alegría y gratitud. Percibí más claramente que la gratitud viene al estar consciente de que Dios está conmigo. No podía estar consciente de Dios, y al mismo tiempo no ser feliz.

En el siguiente servicio de Acción de Gracias, sentí la presencia de Dios en forma tangible. Parecía como si todos estuviéramos unidos en una gran familia de Amor. Después del servicio continué orando hasta que sentí que todas las personas, en todas partes, estaban unidas en el Amor divino, donde no podía entrar ni un elemento de soledad, depresión o desaliento. A partir de entonces, el día de Acción de Gracias no ha vuelto a ser el mismo para mí.

La Sra. Eddy escribe: “La gratitud y el amor deberían reinar en todo corazón cada día de todos los años”.Manual de La lglesia Madre, Art. XVII, Sec. 2. ¡Lo que incluye también el Día de Acción de Gracias!

Todos podemos reconocer la presencia inmediata del Amor, Dios, aunque todavía no lo sintamos. El Amor divino es Todo, está en todas partes, lo incluye todo, es universal, inalterable. Dios también expresa amor en todas partes y el hombre es la expresión perfecta del Amor.

Ahora mismo el Amor se está revelando a sí mismo a cada uno de nosotros, nos está diciendo: “No estás solo, porque Yo estoy contigo. Estás indisolublemente unido a Mí porque eres Mi hijo amado. Nada puede jamás separarnos, porque tú eres la expresión inmediata de Mi naturaleza como Amor, Vida, el bien. Tú estás en todo momento en Mi amor como la evidencia misma del amor tierno y preciado. Te amo y eso es lo que está ocurriendo ahora”.

Cuando reconocemos la totalidad del Amor y aceptamos la presencia inmediata del Amor, lo sentimos. A medida que permitimos que este Amor nos guíe, empezamos a ser, a vivir, el mismo amor que habíamos creído que nos faltaba. Podemos ser guiados a invitar a otra persona o familiares a reunirse con nosotros para la cena o a prestar ayuda en algún refugio comunitario para los desamparados. Podemos orar más para ver que todos estamos incluidos en el Amor infinito y único.

Cristo Jesús le dijo a sus discípulos: “Nadie os quitará vuestro gozo”. Juan 16:22. Esta promesa la hizo la noche en que fue traicionado por Judas y entregado en manos de quienes lo crucificaron. ¿Cómo podía Jesús enseñar sobre el gozo ininterrumpido cuando sabía de antemano lo que le iba a acontecer?

Jesús entendió y reclamó su posición espiritual de filiación con Dios, su unidad constante con nuestro Padre, el Amor divino. Esto le proporcionó un gozo que el mundo nunca pudo quitarle. Él conocía la totalidad de Dios. Si había algún gozo, tenía que ser de Dios y nunca podía ser disminuido, alterado, demorado ni destruido.

Mi hija y yo hemos probado que la gratitud llena de gozo, sana. Cuando tenía unos 10 años, tuvo todos los síntomas de gripe. Afirmamos la bondad de Dios, el amor y cuidado que Él le brindaba y su unidad con Dios. En ese mismo instante la niña era la idea espiritual, perfecta de Dios, y Dios estaba expresando sólo el bien en ella. Mientras yo oraba, mi hija encontró mucha ayuda en las historias bíblicas para niños, en los artículos para niños de nuestras publicaciones periódicas y en las grabaciones de himnos.

Esa noche estaba mucho mejor y todos nos pusimos a hacer nuestras actividades normales. Pero a la mañana siguiente le volvieron los mismos síntomas. Llamé a una practicista de la Christian Science para que orase con nosotras y compartí con mi hija algunas ideas que me había dado la practicista. Pero ella parecía muy triste y desalentada, y no quería hacer ningún esfuerzo para aprender más acerca de Dios.

Cuando la calmé, le pedí que hiciera una lista de todas las bendiciones por las que estaba agradecida. Estuvo de acuerdo en hacerla mientras yo estudiaba la Biblia y oraba. Después de un período de mucha inspiración, volví y la encontré sentada en la cama con un semblante feliz y radiante. Estaba terminando una lista de más de sesenta bendiciones. Además había leído por su cuenta varias historias bíblicas para niños. Para la hora del almuerzo ya estaba levantada, comió mucho y se acabó el problema. La presencia del Amor divino llenó tanto su pensamiento que no dejó lugar para la enfermedad.

La gratitud es para el Día de Acción de Gracias. La gratitud es para los lunes lo mismo que para los viernes. La gratitud es para que la sintamos por la mañana lo mismo que por la noche. La gratitud es el sentimiento natural que surge cuando estamos conscientes de Dios, y estar conscientes de Dios es nuestro estado natural.

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