Supongamos que hay varios chicos que son muy buenos amigos tuyos. Van juntos a la escuela, juegan juntos, y tú los quieres mucho. Pero un día comienzan a decir que les gustaría hacer cosas que tú sabes que son malas, y algunos hasta empiezan a hacerlas. Tú sabes que lo que ellos hacen y piensan les va a hacer mucho daño. ¿Qué harías al respecto?
¿Piensas que deberías decir algo? ¿Acaso deberías decirles que lo que piensan, hablan o hacen está mal? Tal vez no les caiga bien que les digas eso, y dejen de ser tus amigos. Pero si realmente los quieres, ¿no deberías decírselo de todos modos?
Isaías, Jeremías y Ezequiel se enfrentaron con una situación así. Y si lees los libros de la Biblia que llevan sus nombres, puedes descubrir cómo contestaron a esta pregunta tan difícil: “¿Es correcto decirles a quienes quieres, que lo que hacen está mal?”
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