“Tiempo atrás me vino a visitar una amiga a quien no veía desde hace tiempo. Venía de paso con una de sus hermanas, de camino hacia el otro extremo de la ciudad para recoger unos pollitos para criar. Después de los saludos y reproches por haber pasado tanto tiempo sin vernos, comenzó a contarme sus problemas. Estaba con Certificado Médico (enferma y sin trabajo) y sus relaciones amorosas tampoco andaban bien; ella sabía que el muchacho con quien salía no le convenía por su forma de ser. Tenía un montón de problemas.
La hermana que estaba con ella (joven y jubilada por Comisión Médica), también tenía sus problemas. Las dos son profesionales, y las vi muy atormentadas. Entonces, como lo que me hace bien a mí lo hago llegar a los demás, les hablé sobre el libro Ciencia y Salud. Les leí el comienzo tan lindo que dice: “Para los que se apoyan en el infinito sostenedor, el día de hoy está lleno de bendiciones” (pág. vii). Cuando les dije que este libro le da un significado espiritual a la Biblia, lo tomaron en las manos, lo vieron...
Como estaban tan apuradas les presté para que se llevaran dos revistas del Heraldo, y los folletos La idea que los hombres tienen acerca de Dios y La Curación Cristiana. Todo eso fue en menos de 45 minutos (los pollitos esperaban por ellas). Pero quedaron en volver el miércoles siguiente. Cuando bajaban la escalera (pues vivo en alto), pude oír bien claro cómo la hermana le decía: “Qué paz tengo, qué bueno ha sido entrar aquí”.
La hermana me dejó su teléfono y el miércoles siguiente la llamé para saber si iban a venir. La visita quedó pendiente porque estaba lloviendo; pero lo que me dijo por teléfono fue tan bonito y bueno: que ya habían leído todo lo prestado e intercambiado impresiones; que se sentían muy bien. Que todo lo que habían leído era Verdad, y que se sintieron tan bien con esas lecturas que mi amiga se había llenado de valor para terminar esas relaciones que no la favorecían. Su salud había mejorado y había comenzado a trabajar. Ahora están pensando en comprar Ciencia y Salud y la Biblia.
De todas las personas con las que he compartido criterios, con ellas he visto el cambio más rápido y eficiente, con sólo leer los Heraldos y los dos folletos. Así que, ¿cómo será cuando tengan un conocimiento más profundo de esta Ciencia?
Hay varias personas que están experimentando lo mismo. Todos mis Heraldos están prestados. Los leen y los vuelven a leer. El Heraldo de agosto no lo he podido leer porque cuando me lo entregaron, se encontraba delante una joven que cuando lo vio, hizo algunas preguntas y enseguida me lo pidió prestado; y todavía no ha llegado a mis manos. ¿Qué es esto? Bueno, lo que sí he podido percibir es que las personas mejoran en todos los aspectos de su vida.
Creí necesario hacerles llegar estas impresiones o testimonios que se están produciendo con las lecturas de la literatura de la Christian Science.
Un saludo cariñoso para todos los que hacen posible que sus programas radiales lleguen hasta nosotros aquí”.
