Lucy era una pequeña muy feliz. Todo le encantaba: ir a la Escuela Dominical, vender galletitas para ayudar a su club, y especialmente jugar con “Tigre” su nuevo muñeco de felpa. Pero por encima de todo, amaba a su familia; y era tanto su amor, que todo el día lo demostraba con abrazos y besos.
Una noche mientras esperaba que su mamá le pusiera las cobijas para dormir, tuvo un pensamiento que la atemorizó. Cuando su mamá entró al cuarto, Lucy la abrazó con fuerza y le dijo: “Nunca quiero alejarme de tí, y tampoco quiero que te vayas”.
La mamá supo enseguida que el pensamiento que estaba entristeciendo a Lucy no provenía de Dios. Ella le recordó la “pregunta importante”. Lucy había estado aprendiendo a hacerse una pregunta muy importante respecto a sus pensamientos. Esta pregunta es: ¿Procede de Dios ese pensamiento? En Ciencia y Salud se hace la pregunta de esta manera: “¿Son divinos los pensamientos o son humanos? Ésa es la cuestión importante”. Ciencia y Salud, pág. 462.
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