Ambar Iba Pronto A comenzar el jardín de infantes y se sentía ansiosa, a pesar de que algunas verrugas le habían aparecido en el cuerpo.
Cada vez que la abuela venía de visita, Ámbar la llevaba a su dormitorio para hablar de la curación que ella sabía muy bien que se iba a producir. La abuela le pedía que pensara en el poema escrito por Mary Baker Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Christian Science, que a veces se lo llama "la oración de los niños pequeños". Comienza así: "Padre-Madre Dios, en Tu amor..." "Mother's New Year Gift to the Little Children", Poems, pág. 69. Por supuesto que Dios nos ama porque Él es Amor, como nos dice la Biblia.
Un día estaban sentadas en la cama de Ámbar hablando acerca del amor de Dios y cómo Su amor está siempre allí donde nos encontramos, cuando la hermana mayor y la prima de Ámbar entraron a la habitación para recoger un juguete, Ámbar quería compartir con ellas lo que la abuela y ella habían estado conversando. Con alegría les dijo a las niñas: "Estamos hablando acerca de mi curación". Ella no dijo: "Estamos hablando acerca de mi problema", sino "mi curación". Estaba reconociendo el amor que Dios tenía por ella en ese mismo momento.
Pocos días después ella llamó por teléfono a su abuela y le dijo: "Mi curación está sólo a un pensamiento de distancia". Con la abuela pudieron ver que ella se estaba apoyando más y más en el amor de Dios.
Cuando comenzó la escuela, la maestra de Ámbar le preguntó a su mamá acerca de las verrugas para saber si la familia estaba haciendo algo para deshacerse de ellas. La madre le explicó que la familia se estaba ocupando de eso junto con Ámbar, y que estaban orando a Dios para que se produjera la curación.
Durante esa época, la madre de Ámbar con frecuencia se levantaba durante la noche para leerle la Biblia y Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras escrito por Mary Baker Eddy, y para orar por su hijita. Al mismo tiempo, Ámbar estaba aprendiendo más acerca de lo que significa que "Dios es Amor". Como algunos de los niños al ver las verrugas hacían comentarios crueles, tanto que en una oportunidad hicieron llorar a Ámbar, ella y su mamá decidieron escuchar con más atención a Dios, el Amor, y amar a esos niños, declarando que todos nomos Su semejanza pura y perfecta. Muy pronto Ámbar dejó de sentirse molesta.
Una noche la mamá fue a una conferencia de la Christian Science. Mientras escuchaba al conferenciante, ella comprendió muy claramente que el amor de Dios nunca permitiría que Ambar fuera menos que perfecta, y que ella nunca había sido imperfecta. A los pocos días todas las verrugas habían desaparecido.
Cuando la abuela vino a visitarlos, Ámbar la invitó a su dormitorio. Esta vez quería mostrarle que había sanado. La abuela le habló de su gratitud a Dios y le preguntó a Ámbar qué había aprendido de esta curación. Sin dudar ella respondió: "Que Dios me quiere mucho".
    