En General, Expresamos nuestra gratitud por las bendiciones recibidas, por haber superado alguna dificultad, y por tareas que hemos cumplido satisfactoriamente. Sin embargo, hay otra dimensión para la gratitud, un aspecto que despierta en nosotros una actitud gozosa, constructiva y útil, que guía hacia la curación. No depende de la personalidad, las posesiones ni la posición de cada uno.
Esta clase de gratitud nos ayuda a usted y a mí a sentirnos vivos y llenos de vitalidad, a que nuestro corazón rebose de afecto genuino hacia nuestro prójimo, y eleva nuestro pensamiento. Inunda nuestro ser con amor, y nos lleva por una senda de felicidad, realización y satisfacción. Tal gratitud tiene una base espiritual. Es gratitud por la realidad misma de la existencia. Expresa amor puro a Dios, por Su bondad sin límites, y por la bondad de todo lo que Él ha creado.
Es natural sentir gratitud de esta manera, porque el hombre es la imagen y semejanza de Dios, y refleja la plenitud e integridad de Dios. El hombre da testimonio de la satisfacción que siente Dios por Su propia obra.
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