Es tan importante encargarse del crecimiento espiritual de nuestros hijos como del alimento que les damos. Un alimento adecuado es de suma importancia para el crecimiento físico de los niños, pero el alimento espiritual es esencial para su desarrollo espiritual.
¿Enviaría un buen padre a su hijo a la escuela sin desayuno, o a la cama sin cenar? Claro que no. Pero, hoy día con todas nuestras ocupaciones, tal vez enviemos a nuestros hijos a que enfrenten el mundo sin prepararlos espiritualmente. Aquellos niños que diariamente se nutren de los pensamientos morales y espirituales de la Biblia están más preparados para hacer frente a los desafíos.
Conozco a varias familias para las que el estudio diario de la Biblia es parte integral de la rutina familiar. Lo harán de forma diferente pero los resultados son los mismos.
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