Hace Muchos Años que estudio la Christian Science. Mi madre conoció esta Ciencia hace más de treinta años, ocasión en que ella fue sanada de una enfermedad incurable para la medicina.
A lo largo de todos estos años, he tenido muchas muestras del cuidado de Dios, y en este testimonio me gustaría relatar dos de ellas.
Hacía poco que estaba estudiando la Christian Science, cuando una noche en que regresaba a casa, al subir a un tren, me puse a meditar sobre las enseñanzas del libro Ciencia y Salud. Y deseando saber cómo se producían las curaciones, de pronto sentí el deseo de poder mejorar mi vista y así liberarme del uso de los anteojos, que venía usando desde los catorce años más o menos. Luego de orar por largo rato pidiendo a Dios que iluminara mis pensamientos, abrí los ojos y me di cuenta de que veía todos los objetos con mayor claridad. Quedé muy sorprendida y sentí una gran humildad y mucha gratitud a Dios. Poco tiempo después comencé a darme cuenta de que ya no necesitaba los anteojos para leer, así que los dejé de usar.
Después, con el correr del tiempo, y ya siendo miembro de La Iglesia Madre y de mi iglesia filial, llegué a ser Primera y Segunda Lectora durante algunos períodos, y luego al cambiar de filial, también fui Primera Lectora durante tres años. Y en todo ese tiempo, nunca volví a usar anteojos para leer. Lo cual para mí fue una demostración del poder divino, y de lo que significa el libro de texto de la Christian Science. Luego me vinieron las palabras de 1 Juan 1:5 que dicen: “Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él”.
En aquella oportunidad como yo era muy nueva en el estudio de la Christian Science, mi interés era llegar a saber cómo se producía la curación. Pensé si los otros lo hacen, tal vez yo también pueda hacerlo. Sabiendo que era Dios el que curaba, no yo, y teniendo el pensamiento puesto firmemente en Dios, recordé los pasajes de Ciencia y Salud, en los que la Sra. Eddy habla de que los sentidos son espirituales y no materiales. Y me entregué directamente a Dios para que me mostrara cuál era el camino a seguir.
También en otra ocasión pude comprobar lo poderosa que es la presencia de Dios para protegernos. Yo vivo en una avenida bastante ancha, y un día tuve que salir a hacer compras a un negocio enfrente de mi casa. Y al estar parada en la esquina, un hombre se me acercó a pedir dinero como a otras personas que estábamos ahí. Yo realmente no tenía más que un billete para comprar algo enfrente. Entonces hice mi compra y luego miré un poco la calle, para ver si veía a ese hombre. Pero no lo vi y pensé que se había ido. Entonces retomé el mismo camino, por el cual había ido. Y casi al llegar a mi casa, vi que el hombre estaba en la parada del colectivo, enfrente de mi casa. Entonces entré a mi edificio y un segundo después este hombre estaba golpeándome en la puerta de vidrio con una furia tremenda y llamándome, y yo sentí mucha gratitud a Dios porque había estado declarando las verdades de la Christian Science, y tratando de saber en todo momento que Dios es el único poder y es el único que nos puede salvar de todos los problemas que uno tiene, incluyendo a esta persona también.
En esa situación, al salir a la calle, oré pidiendo a Dios que me liberara de todo mal. Pero sabiendo que Él ya me estaba liberando en ese mismo momento. Y esa fue mi única oración. Generalmente yo oro mucho cuando estoy en la calle caminando, donde fuere, el Padre Nuestro. Y lo hice también en esa oportunidad.
Estoy muy agradecida a Dios por la Christian Science.
Buenos Aires, Argentina