En Un Momento Dado, cuando hacía ya varias semanas que estaba tratando de encontrar empleo, oré para tener la tranquilidad de que todo estaba bien. Razoné que estaba muy bien empleada en ese mismo momento, puesto que mi verdadera ocupación es expresar a Dios. También encontré inspiración en el relato de la Biblia sobre el hombre enfermo que espera junto al estanque de Betesda. Juan 5:2 — 9. A continuación paso a describir “mi versión” de ese relato donde yo soy el personaje principal.
Ahora bien, hay en Cedar Falls, cerca de la frontera norte, un hogar que tiene dos porches. En este hogar yace sentada una mujer enferma (temerosa, frustrada e impaciente), que espera que suene el teléfono ofreciéndole un trabajo. Hace ya casi seis meses, que esta mujer ha estado esperando poder seguir adelante con su vida.
El Cristo, el mensaje sanador y salvador de Dios, la vio esperar y supo que hacía mucho tiempo que estaba en ese estado, y le dijo: ¿Quieres ser sana? En otras palabras:
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