Cuando Comencé la escuela, el médico me diagnosticó que tenía una diabetes muy avanzada. Un especialista confirmó el diagnóstico, y le dijo a mis padres que me quedaban no más de dos o tres semanas de vida. Cuando estos hombres se fueron, recuerdo que mis padres hablaron sobre lo que debían hacer. Ellos todavía no eran miembros de la Iglesia de Cristo, Científico, pero habían visto los efectos sanadores de la oración y del tratamiento en la Christian Science. Me preguntaron si quería tomar los medicamentos que me habían prescrito o si prefería que Dios cuidara de mí. Yo confiaba en el Amor que Dios sentía por mí.
Un practicista de la Christian Science oró con nosotros. A pedido de los médicos, mi madre me llevó a que me sacaran análisis todas las semanas. La primera semana los médicos no podían comprender por qué los síntomas no habían empeorado. Al final de la segunda semana, estaban simplemente estupefactos con mi progreso. Y una semana más tarde, me dieron de alta porque ya no tenía ninguno de los síntomas. La curación, que tuvo lugar hace más de setenta años, ha sido permanente.
Eureka, California, EUA
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!