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Dios siempre provee

Del número de agosto de 2000 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


El siguiente artículo es una reimpresión de lo que se publicó en The Christian Science Journal de abril de 1934, durante la época de la Depresión en los Estados Unidos.

La Biblia habla muchas veces acerca de la bondad y el poder de Dios. Citas como "vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera", Génesis 1:31. "el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina"; Apocalipsis 19:6. y "...él hace su voluntad en el ejército del cielo", Daniel 4:35. fortalecen nuestra fe en que en el universo de Dios todas Sus ideas actúan siempre en perfecta armonía. Cada una de ellas ocupa su lugar apropiado en Su plan perfecto; y no hay posibilidad de que alguna deje de cumplir Su propósito.

Esta ley y orden perfectos se puede observar claramente en el movimiento de las mareas y los planetas. La astronomía puede predecir el retorno de un cometa en su majestuoso curso a través del espacio; así como se puede determinar el cambio de la marea en cualquier lugar y día. La humanidad también ha avanzado en su conocimiento de las leyes que gobiernan los números y la música.

Pero el concepto de ley que tiene la mentalidad humana es limitado. El vapor que "subía de la tierra ..., el cual regaba toda la faz de la tierra", Génesis 2:6. aunque no ha afectado de ninguna manera la creación de Dios o Su gobierno de la misma, ha oscurecido nuestra percepción de la verdadera creación. Por eso es que cuando se considera a través de esta mistificación material, parece manifestar discordancia. No obstante, sólo la percepción humana necesita ajuste.

Este falso concepto material de la creación de Dios que tiene el hombre, se observa claramente en sus creencias sobre la oferta y la demanda. Pensemos, por ejemplo, en la escasez. Quizás las demandas se atraviesen en nuestro camino como un enorme Goliat, y nos desafíen a un duelo que parece desigual. Mary Baker Eddy escribe: "El Amor divino siempre ha respondido y siempre responderá a toda necesidad humana".Ciencia y Salud, pág. 494. Aun así, nuestro concepto de la oferta, es decir de la provisión, parece muy limitado. ¿Qué podemos hacer para modificarlo?

¿Qué hizo David cuando Goliat amenazó los ejércitos de Israel? Lo primero que dijo fue, en parte: "...¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?" 1 Samuel 17:26. Ahora examinemos los reclamos del poder del mal bajo la luz de la Verdad. La Christian Science es el conocimiento exacto de la verdad espiritual, y un tratamiento en esta Ciencia consiste en aplicar la verdad para corregir las creencias humanas. Podemos considerar, por ejemplo, la declaración: "La Ciencia divina, superando las teorías físicas, excluye la materia, resuelve cosas en pensamientos y reemplaza los objetos del sentido material con ideas espirituales".Ciencia y Salud, pág. 123. Y luego podemos probar nuestros pensamientos de acuerdo con la norma de la realidad espiritual.

La oferta y la demanda sólo parecen estar en desequilibrio para el sentido material. La Mente divina no conoce ni escasez ni exceso de provisión. Tanto las deudas como la necesidad de almacenar cosas, son un invento mortal. Y Jesús se esforzó por explicar la providencia de Dios cuando hablaba a las multitudes de los lirios del campo y de los cuervos, que estaban bajo el cuidado del Padre. Véase Lucas 12:22–31. La verdad es que la oferta y la demanda coexisten en la Mente infinita. La Mente creadora sabe muy bien cuando Sus hijos tienen alguna necesidad, y siempre las atiende.

El error no le puede exigir nada al hijo de Dios, porque el error no puede entrar en el reino espiritual. Dios exige de Su hijo únicamente lo que Él ya le ha proporcionado. El plan que Dios tiene para el hombre es perfecto y completo, e incluye todo lo necesario para que cumpla Su propósito de manera ordenada. Entonces podemos tener la seguridad de que cada exigencia, si es justa, ya está esencialmente satisfecha en la Mente y por la Mente. Mientras que una demanda falsa o injusta, como no es parte del plan de Dios, carece de entidad o poder real, y por lo tanto no es legítima. Todo reclamo de escasez es una sugestión agresiva del pensamiento mortal, que la Verdad destruye cuando se comprende que es falsa, porque no viene de Dios. El aprender a hacer esto nos ayuda a liberarnos de cargas que Dios nunca nos impuso.

Estas verdades nos fortalecen de tal manera, que pronto la confianza y tranquilidad reemplazan el sentido de temor, y como David, avanzamos con fe para encontrarnos con el aparente gigante de la creencia errada. Nos armamos entonces con verdades elegidas cuidadosamente del manantial de aguas vivas. Si leemos con atención lo que relata el Primer Libro de Samuel, veremos que el arma que usó David fue realmente su confianza inamovible en que Dios respondería a su necesidad. Véase 1 Samuel 17:37–40. La fe se transforma en comprensión espiritual cuando comprobamos el poder de la Verdad.

En la Biblia encontramos numerosos relatos de individuos que avanzaron, confiando en Dios sin dudar. Moisés, cuando se enfrentó al Mar Rojo, se mantuvo firme. Por sus experiencias pasadas, sabía que podía confiar en que Dios respondería a sus necesidades. Mientras los hijos de Israel se veían venir un verdadero desastre —una barrera infranqueable delante de ellos, y el ejército de Faraón que los perseguía—, Moisés recurrió a Dios, quien abrió un camino delante de ellos, y obedientes a Su mandato, avanzaron y llegaron a salvo del otro lado. Véase Éxodo 14:13–31.

Cristo Jesús se vio ante una multitud que necesitaba comida, cuando la provisión que tenían al alcance parecía muy pequeña. Pero él comprendió el plan de Dios. Confiando en Él, "bendijo, y partió y dio los panes a los discípulos", Véase Mateo 14:14–21. y éstos a su vez a la hambrienta multitud. Jesús sabía que estaba dando de la abundancia del amor de Dios, no de la poca provisión que aparentemente tenían. Y la demanda fue satisfecha.

En la pág. 373 de Ciencia y Salud se encuentra la siguiente admonición: "Estableced el sentido científico de la salud y aliviaréis el órgano oprimido". Del mismo modo, podemos considerar la provisión desde la perspectiva espiritual, y ver que la condición aparentemente opresiva es aliviada.

Nosotros podemos hacer como ellos hicieron y responder a cada demanda, confiando en Dios. "...de Jehová es la batalla", 1 Samuel 17:47. ganada no con armas carnales, sino con la espada de la Verdad. El dinero solo no puede superar el concepto falso de demanda, del mismo modo que el refinanciar un pagaré no paga la deuda.

El sentido de escasez parece manifestarse de muchas maneras hasta que se sana espiritualmente. La escasez no es una entidad, pero, como la oscuridad, parece ser la ausencia de la entidad. Cuando estamos en una habitación y queremos liberarnos de la oscuridad, no intentamos llevarla fuera. Sino que encendemos la luz, y ya no percibimos más oscuridad.

Dios es la fuente de la abundancia... es un hecho espiritual presente, y nada puede impedir que la expresemos.

¡Pero el gigante "tenía de altura seis codos y un palmo"! 1 Samuel 17:4. El tamaño o el grado del error, carece de importancia, porque mil veces nada, no es más que la nada. Cuando se reconoce que la escasez es simplemente un reclamo falso, no una entidad, ya no le tenemos miedo. Cuando eliminamos el temor y avanzamos armados de la Verdad, el gigante de la creencia falsa es destruido.

Un verdadero sentido de provisión reemplaza el sentido de escasez en nuestra conciencia, y este sentido de provisión se ve manifestado en nuestra vida. Llegamos entonces a comprender que no hay demandas en el universo de Dios que ya no estén satisfechas. Es más, las leyes de Dios siempre son beneficiosas; y no hay otro legislador. Por lo tanto, no existe ley ni proceso legal por el cual el mal pueda robarnos algo que la ley de Dios nos haya dado.

Nuestro Padre celestial no sólo ha suministrado todo, sino que lo ha hecho con generosidad; ha respondido a cada necesidad presente y futura porque nuestro Dios es la fuente de la abundancia. La abundancia es un hecho espiritual presente, y nada puede impedir que la expresemos. Esta conciencia de abundancia no tiene nada que ver con la materia, y no consulta con la materia, con la cuenta bancaria, ni con el dinero que se tiene escondido en un lugar secreto. Esta conciencia espiritual de abundancia contradice el sentido limitado de provisión. Toda la naturaleza es un claro ejemplo de abundancia. Por lo tanto, regocijémonos y cantemos.

Una vez que obtenemos esta conciencia de abundancia, no nos la pueden quitar, porque es el sentido científico de la provisión. Dondequiera que vamos, la llevamos con nosotros. Si todo lo que conforma nuestro actual sentido humano de provisión desapareciera temporalmente, el sentido científico de provisión permanecería imperturbado y se manifestaría siempre.

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