Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

Una casa para compartir

Del número de agosto de 2000 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Artículo basado en una conversación con Fabiola Calle, de Cáceres, España, que el Heraldo grabó para su edición radial.

Siempre podemos recurrir a Dios para encontrar provisión en nuestra vida. Pero este acto de recurrir a Él en busca de ayuda no crea nada nuevo, sino que descubre lo que Él siempre nos está dando.

Una buena forma de comenzar es reconocer que Dios lo ha creado todo, y que nos creó completos como expresión de Su ser. Cuando leemos en la Biblia las diferentes instancias en que manifestó Su obra en Sus hijos, vemos que no nos ha creado solos, apartados del bien, dejados a un destino incierto.

Cuando disponemos nuestro pensamiento para recibir lo que Dios ya nos ha dado, nuestro pensamiento queda abierto para percibir Su provisión, ya sea una cuestión de inspiración, de relaciones, o de cualquier cosa, y allí se ve que nada está fuera de Su alcance.

La provisión de nuestras necesidades es una consecuencia de nuestro cambio de pensamiento. Se manifiesta cuando dejamos a un lado los pensamientos de escasez, de limitación y de duda, y nos damos cuenta de que es importante expresar más amor.

En la Biblia hay muchas ideas que nos ayudan a comprender más espiritualmente el origen de toda provisión. También se llega a apreciar que esa provisión no es solamente para nosotros, sino que lo que bendice a uno bendice después a todos. Todo lo que Dios nos da, salud, alegría, provisión, la mayoría de las veces es para compartir con los demás, y para que pueda servir a los que están a nuestro alrededor.

En Proverbios se lee lo siguiente: "Hay quienes reparten, y les es añadido más; y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza. El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado". Proverbios 11:24, 25. Y Lucas nos habla de la regla de oro: "Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos". Lucas 6:31.

Si la provisión se retiene y se guarda para uno mismo, es que se tiene un sentido limitado de ella, un sentido empobrecido. Cuando compartimos lo que se nos da, sentimos mucha alegría. Un ejemplo de esto es la vida de Jesús, a quien todo le venía dado, y que a su vez él lo daba a todos.

Hace algunos años quise irme a vivir sola, porque había estado siempre compartiendo vivienda con compañeras, con amigas, porque no podía mantener una casa sola. Necesitaba tener cierta autonomía, disponer de tiempo para leer, para pensar. Necesitaba dejar de estar dependiendo de otras personas. De manera que decidí comprar una casa. Pero como llevaba muy poquito tiempo trabajando, no tenía mucho dinero, además mi sueldo era pequeño.

No obstante, me mantuve confiada y no me fue difícil conseguir una casa. Quizás por estas ideas que había tenido. Dios había sido muy generoso conmigo. Yo tenía trabajo, y muchas otras cosas. Y ahora tenía una casa, quizás también no sólo para mí, sino para que pudiera tener un espacio que compartir con mis amistades, o con gente que lo necesitara.

Con el tiempo he compartido mi hogar por ejemplo, con gente que en un momento llegó al colegio donde trabajo, y que mientras buscaba alojamiento se pudo quedar en mi casa. Nunca lo hice por dinero, y nunca me faltó dinero para llegar a fin de mes. Siempre lo he hecho con el fin de ayudar a los que lo han necesitado y he recibido a cambio otro tipo de recompensa.

Llevo viviendo alrededor de nueve años allí, y sola he vivido tres, los demás han estado hermanos, amigas. La verdad es que el compartir me ha enseñado a ser más humilde, más generosa, y a valorar la compañía, la amistad, y muchas otras cosas importantes.

El Heraldo tiene el agrado de anunciar...

UNA NUEVA SERIE PARA NIÑOS

Llena de novedades, muchas ilustraciones e historias inéditas. Destaca el lugar tan especial que ocupan los niños con toda su inocencia y originalidad, en nuestro pensamiento Búscala en Septiembre

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / agosto de 2000

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.