Cuando Un Médico me dijo hace muchos años que algún día yo iba a sufrir de reumatismo, no le creí. En aquella época, trabajaba en el ambiente farmacéutico, y estaba muy familiarizada con los puntos de vista cambiantes sobre cómo se produce una enfermedad y cómo se debería tratar.
Durante los años que siguieron, cambié de carrera y empecé a asistir a una filial de la Iglesia de Cristo, Científico. Con el tiempo, me hice miembro de una filial y luego de La Iglesia Madre. Después tomé instrucción en clase Primaria, y de este modo me familiaricé, paso a paso, con la Christian Science.
Siempre que me resfriaba, me sanaba rápidamente. Pero a menudo recordaba el comentario del médico.
Hace poco, estaba leyendo la Lección Sermón del Cuaderno Trimestral de la Christian Science, cuando de pronto noté que los dedos de la mano derecha me dolían mucho al moverlos, y estaban rígidos. Me senté al escritorio sorprendida e incrédula, pero no me asusté.
Ahora ya no podía dejar las cosas para más adelante, sino que necesitaba actuar de inmediato. No traté de pensar qué lo había causado, sino que le pedí a Dios que guiara mis pasos en la dirección correcta. Mis ojos cayeron en un ejemplar de The Christian Science Journal que acababa de llegar, y leí un artículo. Al principio, me sentí decepcionada porque el artículo no parecía relacionarse de manera alguna con mi situación, pero seguí leyendo de todos modos. Casi al final del artículo, había una discusión sobre la diferencia entre la Christian Science y la psicología humana. La psicología busca la causas ocultas, pero no prueba que carecen de poder.
Me sentí sorprendida por la claridad que trajo a mi situación. Me sentí libre e infinitamente agradecida, porque me di cuenta de que yo no había reconocido que el comentario del médico era la nada del error. Entonces comprendí que el error nunca puede condenar al hombre real a sufrir de reumatismo. También percibí que puesto que el tiempo no es un factor cuando se trata de reconocer la Verdad y la operación de la ley divina, la curación no tenía por qué tomar mucho tiempo.
No le presté más atención a mi mano, mas cuando me puse de pie media hora después, podía mover los dedos con total libertad, y otros síntomas que habían estado restringiendo mi libertad de movimiento, también desaparecieron al mismo tiempo.
Mary Baker Eddy escribe en Ciencia y Salud: "Las dolorosas experiencias que resultan de la creencia en la supuesta vida de la materia, así como nuestros desengaños e incesantes angustias, hacen que vayamos, cual niños cansados, a los brazos del Amor divino. Entonces empezamos a conocer la Vida en la Ciencia divina" (pág. 322).
Agradezco a Dios por haberme mostrado el camino hacia la Christian Science, y por las bendiciones que he tenido al aplicarla en mi vida.
Berlin, Alemania
