En Junio De1884, Carolyn D. Noyes, quien acababa de tomar un curso sobre la curación en la Christian Science con Mary Baker Eddy, le escribió una carta a la Sra. Eddy en la que le hacía un pedido de doce ejemplares de Ciencia y Salud para compartir con otras personas. La Sra. Eddy le respondió diciendo: "Me da mucho gusto que te hayas dispuesto a distribuir el libro que está haciendo tanto bien a la gente. Mis estudiantes dicen que el libro hace tanto, si no más, por la curación que lo que ellos podrían hacer". Desde entonces la circulación de este libro a través de las Salas de Lectura de la Christian Science, librerías, individuos y otros medios, ha continuado transformando y sanando vidas. A continuación se encuentran los relatos de dos personas sobre el impacto que ha tenido Ciencia y Salud en sus vidas.
Me crié en un barrio pobre y en un hogar con muchos problemas. Para cuando tenía ocho años, ya estaba fumando cigarrillos y robando para mantenerme vivo. No podía leer ni escribir, y la delincuencia era la única vida que conocía. Con el tiempo, terminé en prisión, donde aprendí a leer por mi propia cuenta leyendo la Biblia, que es el único libro que te permiten tener cuando estás en confinamiento solitario.
Poco después de salir de la prisión enfermé gravemente, y sabía que me estaba muriendo. Me fui de mi pueblo natal a una ciudad bastante lejana para poder morir sin darles lástima a mi familia y amigos, ni a nadie que me conociera. Había bajado mucho de peso y comía muy poco. Pensaba que el sufrimiento era demasiado grande como para seguir viviendo.
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