No Podía Creer lo que estaba oyendo por el teléfono. El abogado de la compañía en la que estaba asegurado mi automóvil me estaba diciendo que yo sería demandada por mi participación en un leve accidente automovilístico que había ocurrido hacía más de un año. Estaba perpleja porque todo lo relacionado con el incidente ya había sido resuelto sin problemas en aquel momento, o así lo creía yo.
La compañía de seguros me había declarado inocente y hasta me había compensado por la cantidad deducible de mi póliza. El pequeño daño había sido reparado rápidamente; era casi como si el accidente nunca hubiera ocurrido. Ahora el otro conductor me acusaba de un delito.
Estaba furiosa, temerosa, herida y pensaba que yo era la que tenía razón. ¿Por qué?, me preguntaba continuamente. Por otra parte, me preocupaba lo que pudiera pasar.
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