Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

El amor resuelve una disputa legal

Del número de febrero de 2001 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


No Podía Creer lo que estaba oyendo por el teléfono. El abogado de la compañía en la que estaba asegurado mi automóvil me estaba diciendo que yo sería demandada por mi participación en un leve accidente automovilístico que había ocurrido hacía más de un año. Estaba perpleja porque todo lo relacionado con el incidente ya había sido resuelto sin problemas en aquel momento, o así lo creía yo.

La compañía de seguros me había declarado inocente y hasta me había compensado por la cantidad deducible de mi póliza. El pequeño daño había sido reparado rápidamente; era casi como si el accidente nunca hubiera ocurrido. Ahora el otro conductor me acusaba de un delito.

Estaba furiosa, temerosa, herida y pensaba que yo era la que tenía razón. ¿Por qué?, me preguntaba continuamente. Por otra parte, me preocupaba lo que pudiera pasar.

Sentí algo de paz al tomar conciencia de que sólo hay un Dios, una Mente, y que Él tiene el control. Mente es un sinónimo de Dios. Ciencia y Salud, el libro de texto de la Christian Science, describe a Dios con estos sinónimos: "Principio; Mente; Alma; Espíritu; Vida; Verdad; Amor". Significa Ciencia Cristiana. Pronúnciese crischan sáiens.

Como tuve que acudir a los citatorios de la corte, entrevistarme con abogados, contestar interrogatorios y hacer declaraciones, le pedí a un practicista de la Christian Science que orara por mí. Paulatinamente me di cuenta de que no debía esperar que la oración me beneficiara sólo a mí, a costa del demandante; eso sería egoísta y no traería una solución satisfactoria ni una paz verdadera.

El orar con el Salmo 23 llevó mi pensamiento a un nivel más elevado y sin egoísmo. En Ciencia y Salud Mary Baker Eddy da una interpretación de este salmo, en la que sustituye el término Señor por Amor divino. Esta sustitución me aclaró el mensaje espiritual de este salmo; además, en un momento dado, me percaté de que el pronombre usado en el Padre Nuestro por los que oran, era plural y no singular. Por ejemplo, es "Padre nuestro", no "Padre mío"; por tanto, la oración es universal, es para todos.

Mi oración basada en el Salmo 23 era como ésta: "El Amor Divino es nuestro pastor; nada nos faltará. En lugares de delicados pastos nos hará descansar; junto a aguas de reposo nos pastoreará..." Esto me hizo ver desde una nueva perspectiva el amor y el cuidado que Dios nos prodiga a todos. Aunque yo no conocía los motivos del demandante, sí podía ver que Dios, el Amor divino, satisfaría tanto sus necesidades como las mías.

Alcancé una verdadera paz mental y sentí la seguridad de que todo se resolvería satisfactoriamente; sabía que Dios proveería una solución equitativa para todos. Dejé de llamar al abogado para estar al día en los detalles, y después de seis meses el caso se resolvió de manera satisfactoria para todos.

Cuando te enfrentas a una situación con puntos de vista antagónicos, tus oraciones pueden incluir a todos los involucrados. Todos se benefician del amor universal de Dios, y nadie está fuera de Su cuidado y Su control.

2 Ciencia y Salud, pág. 587.

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / febrero de 2001

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.