Abla vive en Togo, pequeño país de África Occidental, situado en el Golfo de Guinea. Ella tiene muchas cosas que hacer todos los días. Va a la escuela y ayuda con los quehaceres de la casa. Le gusta salir a caminar y nadar en el mar con sus amigos.
Un día, Abla descubrió que algo no andaba bien. ¡Tenía los brazos cubiertos de manchas!
Al principio no les prestó atención. Pero las manchas no se iban. "¿Qué debo hacer?", se preguntó. "¡Puedo orar!"
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