¿Has Sentido alguna vez que las clases son como una batalla entre tú y los profesores? ¿O que hay determinadas materias que simplemente no te interesan? Yo me he sentido así a veces y, lógicamente, siempre que pienso de esa forma, la clase me resulta interminable. Es difícil sacar algún provecho de ella.
Fue recién al estar por terminar mis estudios universitarios cuando me di cuenta de que algo tenía que cambiar, Sí, ¡yo! Suena raro, ¿no? Después de todo, yo no tenía la culpa de que una clase fuera aburrida. El responsable era el profesor, ¿no es así?
Tenía un profesor de sociología que utilizaba un método de enseñanza que para mí era muy aburrido. Mis calificaciones estaban apenas dentro de un promedio regular. Es decir, me esforzaba poco y obtenía pobres resultados. Otro de los profesores parecía haberse quedado estancado veinte años en el tiempo. Nada de lo que decía parecía tener relevancia en el presente. Y tenía que aprobar otras materias similares a éstas para terminar mis estudios.
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