Conocí la Christian Science hace 20 años por medio del cuñado de mi esposo que vive a 1000 km de distancia. Él me enviaba material para leer y, poco a poco, me fui interesando en ella. Fui testigo de curaciones en mis tres hijos, en mi esposo y en mí misma. Curaciones de dolor de oídos, colitis, vómitos y rubéola.
Hace poco, tuve una infección en el pecho, que me produjo mucho miedo. La practicista de la Christian Science que estaba orando conmigo me habló del Amor divino y me aseguró que de Dios no viene ningún mal, porque Él es infinito y totalmente bueno. Él es Espíritu y en Su totalidad no existe nada que no sea bueno y espiritual.
La Sra. Eddy dice en Ciencia y Salud: "La Ciencia Cristiana obra como un alterante, neutralizando el error con la Verdad. Cambia las secreciones, expulsa humores, disuelve tumores, relaja músculos rígidos y restaura la salud a huesos cariados" (pág. 162). Yo pude comprobar en mi vida que así es, pues la infección drenó y quedé totalmente libre de todo rastro de enfermedad. También he sanado de sinusitis, de la que había sufrido desde niña.
Quiero reconocer también, con un agradecimiento muy especial, la posibilidad que he tenido de tomar instrucción en clase Primaria de la Christian Science, lo que me ha permitido seguir avanzando en este camino de luz.
Mendoza, Argentina