Era una gran fiesta familiar. Adentro de la casa las tías, tíos y abuelos estaban terminando de comer el postre. Afuera, los nueve primos jugaban en el jardín, mientras el sol declinaba y las primeras estrellas comenzaban a danzar en el cielo nocturno. Katy y su prima Erica se decían secretos y se reían acostadas en la enorme hamaca que se mecía de un lado para el otro. El hermano de Erica se acercó a ellas sin hacer ruido y le dio un buen empujón a la hamaca y luego otro, y la hamaca empezó a mecerse alto con rápidos vaivenes. Las risitas se transformaron en risas. Luego vino otro empujón fuerte... y las niñas salieron volando. Erica cayó en el pasto fresco aún riendo. Pero el tobillo de Katy golpeó fuertemente contra el tronco de un árbol. Las risas desaparecieron.
—¿Estás bien? — le preguntó Erica.
— Creo que sí — le dijo Katy.
Ella sabía que era la hija de Dios. Dios hacía que ella estuviera bien, siempre. Pero el tobillo seguía doliendo. Katy trató de ponerse de pie, pero se cayó pesadamente al suelo. Le dolía. Y le asustaba el ruido que hacía el tobillo cuando se movía.
Los primos la ayudaron a entrar en la casa, y sus padres decidieron dejar la fiesta y regresar a su casa. Todos comenzaron a orar por ella. En sus oraciones insistían en que Dios cuida de Sus hijos. Dios nos protege a todos. Y Dios nos ama cualesquiera sean las circunstancias. Nada es más fuerte que Su amor.
Pero Katy comenzó a preocuparse porque al día siguiente, era su primera práctica de fútbol. Su primer juego era en tres días. A ella le encantaba jugar al fútbol más que ninguna otra cosa. ¿Cómo iba a poder correr y patear si ni siquiera podía caminar?
Uno de los amigos de su papá se dedica a orar para ayudar a la gente cuando tiene problemas, entonces Katy y sus padres decidieron llamarlo. Después de eso la mamá acostó a Katy en la cama. Hablaron de Dios y de Su creación linda y perfecta. Todo lo que Él hizo es como Él. Nada puede cambiar el bien que Dios creó.
¿Cómo era la Katy que había hecho Dios? Ella pensó en esto, y se dio cuenta de que el hijo que Dios hizo tenía que ser fuerte. Dios siempre la sostendría, así como las patas de una mesa sostienen la mesa y todo lo que hay sobre ella. Dios siempre apoya a Sus hijos, y nada puede cambiar eso.
Cuando Katy se durmió esa noche su tobillo estaba mucho mejor. Pero por la mañana, no podía apoyarse sobre esa pierna. Comenzó a sentirse desalentada. Faltaban dos días para el partido de fútbol. Su mamá llamó otra vez, al señor que estaba orando por ella. Al hablar él recalcó que debían ver sólo lo que Dios había creado. Mary Baker Eddy, la descubridora de la Christian Science, escribió: "Dios creó todo por medio de la Mente, y lo hizo todo perfecto y eterno".Ciencia y Salud, pág.205. Katy y su mamá también recordaron que la Biblia dice que "vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera". Génesis 1:31.
Cerca del mediodía, Katy subió las escaleras corriendo, y le dijo a su mamá con una gran sonrisa: "Mami, mira". Hizo una pirueta en un solo pie, el que se había golpeado contra el tronco. Y luego hizo otra pirueta. Su tobillo estaba bien fuerte, y no le dolía para nada. Todo lo que Dios hace es bueno en gran manera, y Katy lo pudo comprobar.
Katy jugó bien en el primer partido, y a la semana siguiente metió un gol. No dejó de asistir a ningún partido durante toda la temporada.
No hay judío ni griego;
no hay esclavo ni libre;
no hay varón ni mujer;
porque todos vosotros
sois uno
en Cristo Jesús.
San Pablo
(Gálatas 3:28)