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Su pasión es la danza

Del número de marzo de 2001 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


, joven estadounidense de diecisiete años, de Oxnard, California, ha bailado en los programas de verano de prestigiosas compañías de ballet como el The Joffrey Ballet y el American Ballet Theater de la Ciudad de Nueva York. El Heraldo tuvo la oportunidad de charlar con ella días antes de que saliera rumbo a Dinamarca donde permanecerá un año como aprendiz del Ballet Real de ese país.

Tres días después de regresar a casa, estaba bailando otra vez.

Haley, ¿cómo comenzaste a bailar?

De niña me gustaba mucho el ballet. Mi mamá encontró una maestra maravillosa para mí y para mi hermana en nuestro pequeño pueblo. Comenzamos a bailar y a tomar cada vez más clases hasta que me encontré bailando seis veces a la semana, dos clases al día. A los diez años, ya sabía que esto era lo que quería hacer el resto de mi vida.

Con tantas bailarinas jóvenes y talentosas, debe haber mucha competencia, ¿no es así?

Cuando uno es tan joven es muy difícil enfrentar la competencia. Tuve que lidiar con otras estudiantes que parecían sentir muchos celos y odio hacia mí. Algunos pasajes de la Biblia y de Ciencia y Salud me ayudaron a orar. Entre ellos: "Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio..." Isaías 54:17. Y "Si estás revestido de la panoplia del Amor, el odio humano no puede tocarte".Ciencia y Salud, pág. 571. Yo sabía que estaba a salvo con Dios porque estaba revestida de la panoplia del amor. Los celos y el odio no me podían hacer daño. Pienso que esas chicas deben haber comenzado a ver que no podíamos estar compitiendo por un solo lugar porque en realidad hay más que un solo lugar. Hay un lugar para todas nosotras y nos va a bendecir a todas. Todavía tengo que recordarme eso a mí misma, y saber que Dios ama a todos por igual.

¿Puedes darnos un ejemplo de cómo te ayudó la oración durante todos estos años?

Hace unos dos años, estaba entrenando para una competición internacional de danza. Yo había estado entrenando por un año y tenía planeado salir rumbo a la competencia en enero. En diciembre tuve una mala caída durante una clase. Me lastimé seriamente la pierna, a tal punto que no me pude mover de la cama por tres días. Sabía que en cuatro semanas tenía que viajar para la competencia, lo que hacía que el elemento tiempo fuera tan crítico. Yo había estado preparada, había estado orando, había estado bailando. ¿Por qué me tenía que suceder eso en ese momento? Varias cosas me ayudaron a superar la situación, entre ellas, oré para comprender que Dios me amaba, por lo que yo no podía sufrir un accidente.

¿Cómo puedes estar tan segura de eso?

Ya había tenido varias curaciones rápidas: sané de un brazo quebrado, de una rodilla dislocada y de ampollas. Entonces me fui de vacaciones confiando en que me iba a sanar. Tres días después de regresar a casa, estaba bailando otra vez. Mi maestra me dijo que nunca me había visto bailar tan bien, lo que es realmente increíble porque hacía casi cuatro semanas que no bailaba. Pero era la preparación mental, la oración, que era más importante que la preparación física.

No obstante, los desafíos no terminaron allí. Cuando llegué a la competencia, me eliminaron en la primera ronda. Luego me dijeron que habían cometido un error pero que no me iban a poner de nuevo en la competencia. Me sentí devastada. Cuando el jurado me dijo que me habían eliminado, pensé en la siguiente cita del libro de Josué: "Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas". Josué 1:9. Y eso me dio mucho consuelo. Regresé a casa y en dos semanas me enteré de que estaban realizando audiciones para el Ballet Real de Dinamarca. Fui con reticencia. Ya era tarde y nada parecía salir bien. Pero, después de la clase, yo fui la única que eligieron entre unas 90 personas para asistir a su programa de verano. Fui el verano pasado, y al final del curso fui uno de los 25 bailarines elegidos de todo el mundo, para que permanecieran como aprendices en su compañía. Y es allí a donde voy este año.

Esto fue mejor que si yo hubiera ganado la competencia internacional. Superaba por mucho lo que yo podría haber planeado. En Proverbios dice: "Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas". Proverbios 3:5, 6. Esto quiere decir que puedes planear lo que piensas que es lo mejor para ti, pero lo que Dios te tiene reservado es mucho mejor de lo que tú puedes desear.

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