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El Espíritu disipa las tormentas

Del número de mayo de 2001 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Cuando Pienso en el clima, siempre recuerdo algo que una amiga me dijo una vez sobre las serpientes: “Dios hizo la serpiente pero no el veneno”. Entendí que ella quería decir que lo que Dios hizo es bueno y que Su creación no es dañina ni destructiva. Es completamente espiritual, no material. Dios no puede haber hecho nada destructivo porque Él es bueno y por cierto que no crea climas destructivos. Por eso, si estamos orando debido a un desastre natural en nuestra comunidad o en nuestro país, esas oraciones deben incluir los hechos espirituales concernientes al clima.

En el libro de Isaías, la Biblia promete: “...y habrá un abrigo para sombra contra el calor del día, para refugio y escondedero contra el turbión y contra el aguacero”. Isaías 4:6. Mary Baker Eddy escribe: “Todos debemos refugiarnos de la tormenta y tempestad en el tabernáculo del Espíritu”.Escritos Misceláneos, pág. 362.

Encontrar refugio contra la tormenta no significa solamente encontrar un lugar físico donde estar a salvo. Más bien quiere decir encontrar refugio en la conciencia del Espíritu, con el entendimiento profundo de que Él es completamente bueno.

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