Abraham Lincoln dijo en su discurso de Gettysburg en 1863 que el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no iba a desaparecer de la tierra. Estaba bien claro en la mente del estadista que la responsabilidad de gobierno competía a todos los ciudadanos, pero, ¿es esto algo impracticable en nuestros días? La oración, que reconoce a Dios como el supremo Gobernador de gobiernos, es una herramienta eficaz para poner en práctica nuestra responsabilidad de ciudadanos.
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