ha tenido una carrera política muy activa, durante la cual ocupó varios cargos importantes. Fue Primera Dama de Costa Rica en dos ocasiones (1954–1958 y 1970-1974), Embajadora de Costa Rica en Israel (1982–1984), y Diputada Nacional (1990–1994). En la actualidad, participa de las actividades del Partido Liberación Nacional que fundara su fallecido esposo, el ex presidente José Figueres Ferrer, quien abolió el ejército de su país en 1948 al fundar la Segunda República. Además, es Presidenta de la Fundación que lleva el nombre de su esposo y que está dedicada a promover el desarme, la paz, la libertad y el desarrollo sostenible. La Sra. Figueres contestó así a las preguntas efectuadas por la Redacción del Heraldo.
¿Qué ideales la llevaron a interesarse en los asuntos del gobierno?
Siempre me interesó lo que Mary Baker Eddy describe como "la cansada humanidad". Véase Ciencia y Salud, pág. 494. A raíz de eso, me di cuenta de que la pobreza es algo mental. Comprendí que no era posible desatender o quitar la pobreza solamente con decir "esto no me toca a mí", o "no es mi responsabilidad". Como ser humano, y particularmente como mujer, siento que lo que pasa allá en cualquier esquina, cercana o lejana, me afecta a mí directa e indirectamente. Yo necesito ser la centinela de mis propios pensamientos para poder ayudar a los demás.
Todos podemos servir, en vez de esperar ser servidos. Mi compromiso permanente ha sido y es para con Dios y con el prójimo. Mis años de experiencia me han enseñado a buscar "la ley de Dios que todo lo ajusta", la ley del bien, en primer lugar. Sin eso, nada habría podido hacer.
Dios me ha dado tantas bellas oportunidades de servir a mi pueblo en diferentes cargos, que nunca podré dejar de expresar honda gratitud. En todo momento, en mi vida privada y pública, he dado a Dios crédito por las ideas creativas y fructíferas que he tenido. He aprendido que lo que debemos hacer en nuestra vida diaria, en la política, en los negocios, en la comunidad, en el hogar, es reconocer la acción de la ley de Dios en todo momento.
Los ideales de la verdad, la honestidad, la solidaridad, fueron los valores que me llevaron a participar en el seno del Poder Legislativo, o sea el Congreso de la República, y trabajar arduamente en el logro de la legislación necesaria para brindar el mayor bienestar para la mayoría de nuestro pueblo, y también para inculcar en aquellas personas, que al parecer tienen menos, el concepto de que no hay nada imposible para Dios. El cuidado tierno de Dios y Su poder para sanar están siempre disponibles para todos en la medida de nuestra confianza en Él. Dios puede salvarnos del peor peligro y de la crisis más difícil. También trabajo para promover todo lo que permita a cada ciudadano o ciudadana despertar a una nueva percepción de sí mismo y de sus capacidades, a través del concepto de un sentido de "empowerment", (poder y habilidad) es decir, estimular en la ciudadanía la posibilidad de ver realizadas sus sanas ilusiones.
Siento la imperiosa necesidad de estimular el pensamiento de que no es necesario ocupar una alta posición social para poder provocar un cambio. Es decir, que la señora que vive humildemente en el área rural y clama que no tiene nada para contribuir, porque no tiene nada material para regalar, pueda entender que sembrando hortalizas al lado de su casa y sembrando flores aún en envases usados, ella se convierte en un agente real de cambio, mejorando la nutrición de su familia y transformando la estética del ambiente. O que esa persona que vive en una zona pobre, y no tiene un cinco, puede enriquecer su comunidad y su país con el mero acto de mantener la acera del frente de su casa limpia y libre de basura y contaminación.
¿Cuáles eran sus prioridades cuando se desempeñaba como diputada?
Respetar y apreciar a los demás en todo momento; crear y difundir legislación que promueva la justicia, la moral y la ética. El Parlamento es un excelente semillero para expresar pensamientos, formar actitudes de sincera investigación y aprendizaje. El intercambio de opiniones es tierra fértil para el crecimiento y la profundización de ideas en todas sus dimensiones. Siempre hay que dar prioridad a la educación del hombre, su familia y su realidad integral. Somos parte de un todo.
Es importante tener claro que nadie tiene toda la razón — sea un individuo, sea un grupo — y que los buenos resultados dependen de encontrar el equilibrio, de eliminar cualquier situación discordante o fuera de lugar, para que la ley se ajuste al problema que debemos resolver, para evitar la influencia de “los intereses creados” o los pensamientos erróneos.
¿Es importante su fe en Dios en su vida política y personal?
La vida política no puede ser diferente de la vida personal. Hay una sola vida y Dios lo gobierna todo. Mi fe en Dios es el eje de mi vida. No debemos preocuparnos por lo que el prójimo nos hace o piensa de nosotros, sino de lo que nosotros decimos o hacemos a los demás en nuestra vida pública o privada. Esto es lo que realmente nos atañe. Debemos abrir nuestra mente y aprender a escuchar en silencio y poner atención a la voz interior que nos habla a todos. Tenemos que volver a encontrarnos con la meditación y el recogimiento.
El mundo está avanzando hacia la integración.
Dios en definitiva guía mi carrera. Cuando mis pensamientos y acciones están motivados por Él, los resultados son siempre positivos y armoniosos. Cuando acepto que Dios es todo en todo y que “nada me faltará”, Véase Salmo 23. experimento armonía, crecimiento y bendición. A veces, no lo entiendo todo en ese preciso momento, pero confiando en que mi Padre-Madre Dios, ama a todos Sus hijos, veo las manifestaciones de Su omnipresencia.
¿Le gustaría comentar sobre la importancia que tiene la oración en su labor?
Nuestro alimento e inspiración diaria es la oración. Cuando es sincera, aporta el triunfo. La oración eficaz no es una mera petición, sino primero una expresión de gratitud, que abre el camino y convierte los problemas en oportunidades para traer soluciones, La oración me ayuda a aclarar mis pensamientos. No hace falta que sea larga o muy profunda. A menudo sólo tres palabras, “Padre-Madre Dios”, me despiertan instantáneamente a la verdad de que nuestro Padre-Madre Dios, está presente, y que puedo contar con la ayuda de esta presencia siempre.
En mi vida he visto muchas manifestaciones del cuidado constante y poderoso de Dios, y siempre estoy dispuesta a acogerme al precepto de que se haga la voluntad de Él y no la mía.
¡Qué maravilloso el reto y la oportunidad que tenemos de estar aquí en el nuevo milenio! El mundo está avanzando hacia la integración. El poder del Amor divino alcanzará a los corazones y mentes de hombres, mujeres y niños en el mundo entero, y tal como lo vio el apóstol Juan, nosotros también veremos “un cielo nuevo y una tierra nueva”. Apocalipsis 21:1.
Dame ahora
sabiduría y ciencia,
para presentarme
delante de este
tu pueblo;
porque
¿quién podrá
gobernar a este
tu pueblo
tan grande?
2 Crónicas 1:10