En 1990 Comenzó la guerra en mi país, Ruanda. Dos semanas más tarde, me arrestaron y me llevaron a la Prisión Central en la capital. Me torturaron e interrogaron sobre mi participación en el movimiento rebelde. En marzo de 1991, escapé a Zambia, a través de la República Democrática del Congo, donde conocí a dos periodistas que eran Científicos Cristianos. Me dieron el nombre de una Científica Cristiana a quien podía llamar si lo necesitaba. Cuando llegué a Zambia, me dieron calidad de refugiado.
Comencé a estudiar la Christian Science y me hice miembro de la iglesia de la Christian Science en Lusaka. Un día en 1996, me acuchillaron en la calle y fue entonces cuando me enviaron al Campamento de Protección de Mayukwayukwa, a unos 475 km de la ciudad.
Mis padres fueron asesinados cuando yo tenía 19 años. Desde entonces he sido un refugiado. Durante los siguientes siete años, después de mi arresto, no sabía si mi hermana y mi hermano estaban vivos. Mediante el estudio de la Biblia y de Ciencia y Salud, comencé a comprender que todos vivimos bajo la ley de Dios, no bajo la ley de ojo por ojo y diente por diente. Dios ama a todos sus hijos, porque Dios es Amor.
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