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Artículo de portada

Sana de alcoholismo

Del número de junio de 2001 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Yo Pensaba que tenía que tomar bebidas alcohólicas para ser feliz. Comencé a tomar cuando era niña, pero en casa nadie lo sabía. Me llevaba las botellas de mi padre. El no sospechaba de mí, y acusaba a otros miembros de la familia. Después decidí comprar mis propias botellas y se transformó en un vicio.

Posteriormente me casé. Como mi esposo sabía que a mí me gustaba el alcohol, me lo compraba. Me tomaba en un día lo que él me había comprado para toda una semana. Después comencé a comprar botellas de whisky. Cuando la gente me decía que no bebiera, yo les contestaba: “Oren por mí”. Llegó un punto en que no me sentía bien si no tomaba.

Finalmente, comencé a leer la Biblia y Ciencia y Salud y otros libros de la Christian Science. Me gustaban pasajes como: “Cuando la ilusión de enfermedad o de pecado os tiente, aferraos firmemente a Dios y Su idea" (pág. 495).

Yo sabía que Dios hace maravillas, y empecé a pensar que algún día dejaría de beber. Hice un gran esfuerzo y un himno de la Christian Science me ayudó con estas palabras: "La voz de la Verdad mandó dejar lo terrenal./ La espada debes empuñar y con ardor luchar./ Procura resistir el mal, pues Dios cercano está./ Su voz habrás de obedecer y el miedo rechazar” (Himnario de la Christian Science, Himno N° 5).

El estudio de Ciencia y Salud me ayudó a comprender mi verdadera identidad como la hija amada de Dios, y que Dios no creó el mal.

Comencé a cambiar mi manera de pensar y a admitir que Dios sólo crea el bien. Perdí el temor a dejar el alcohol. “...Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?" (Romanos 8:31). Un día estaba leyendo el libro Retrospección e Introspección, y leí lo siguiente: "Los tufos de la persecución, el tabaco y el alcohol, no son el olor fragante de la Verdad y el Amor" (pág. 65). Reflexioné sobre el significado de estas palabras, y de inmediato perdí todo deseo de beber. Nunca más volví a beber alcohol.

La promesa de Cristo Jesús: "conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres" (Juan 8:32), se cumplió en mi vida, por completo e irrevocablemente. Siento infinita gratitud a la Christian Science.


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