NADIE ES indiferente a la conmovedora crisis del SIDA que está sufriendo el mundo. En África ha alcanzado proporciones epidémicas. No obstante, todo ciudadano consciente puede ayudar. La oración que comienza con la comprensión de que Dios es Amor y que la enfermedad y la infección no provienen de Él, puede mejorar la situación.
La epidemia del SIDA también produce problemas sociales. En algunas áreas el número de huérfanos que han perdido a sus padres debido a esa enfermedad y son criados por sus hermanos mayores o están deambulando por las calles, va en aumento. Las jóvenes muchas veces recurren a la prostitución para poder vivir. Y en el otro extremo del espectro, un 45% de los que cuidan de los huérfanos son abuelos que viven en la pobreza y que a menudo necesitan de cuidado ellos mismos.
En lugar de sentirse alarmado, todo ciudadano responsable, en todas partes del mundo, puede ayudar. Esta situación tan trágica puede cambiar cuando se insiste y se comprende que Dios es Vida, el Padre y la Madre de cada individuo. Y que la Vida que Él imparte es espiritual y pura.
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