Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

En el crepúsculo del atardecer

Del número de enero de 2002 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


En el crepúsculo del atardecer
siento el aroma de Tu presencia,
porque eres Tú mi morada,
horizonte dorado
de alba a alba.
Cada mañana bajo Tu regazo
es sonrisa, gozo, paz y alegría,
y al alzar los ojos al cielo
el crepúsculo me decía;
sigue el día,
sigue el día;
y yo le pregunto a mi Padre
que es Padre y Dios de los cielos,
que es Espíritu y Verdad,
que no tiene principio
y no tiene final,
¿por qué sigue el día?
Y él me responde:
“Porque todo es tuyo, hijo de mi corazón”.
Entonces pude comprender
que en su justicia, gracia y gloria
en Cristo Jesús,
todo me lo dio.

Iniciar sesión para ver esta página

Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / enero de 2002

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.