Desde la playa se veía desaparecer al sol detrás de las dunas. Sus rayos adormecidos todavía iluminaban las nubes sobre el Atlántico. Asemejándose a cabezas de enormes figuras mitológicas, las blancas nubes relucían con pinceladas azules y rojas.
Hasta que el sol ya no se vio más. Sólo quedó la luz del ocaso. Y las nubes se confundieron en una gran masa de gris oscuro.
Algo similar ocurre cuando los medios informativos posan obsesivamente su atención sobre un hecho periodístico estremecedor. Por los detalles gráficos acentuados, el hecho queda aumentado en nuestro pensamiento y el temor desaloja el interés en otras noticias.
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