Cuando vemos las noticias por televisión, pareciera que si en donde uno vive todo estuviera fuera de control: accidentes automovilísticos, incendios y, desde luego, el último asesinato.
Todas las noches los televidentes ingieren su habitual dosis de “noticias”, que parecen no contribuir en nada a que sean mejores ciudadanos o a que tengan mejores sentimientos hacia sus vecinos.
Hace más de 25 años que trabajo en esta profesión. A veces parece más un medio de entretenimiento que de información. Sin embargo, la mayoría de las noches regreso a casa sintiéndome orgulloso del trabajo que he realizado y satisfecho de haber respondido a la necesidad del público de saber lo que está ocurriendo. Esto se debe a la perspectiva que tengo del mundo y a la manera en que describo lo que pasa en él, esto es, cómo veo a la humanidad y cómo decido interpretar los hechos.
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