Tu futuro. ¿Quién o qué lo controla? habla de su búsqueda de espiritualidad y de lo que aprendió sobre el tema de la “suerte”. A principios de este año, Nicole fue ayudante en un puesto de la Christian Science en una convención de la “New Age”, en Hamburgo, Alemania, donde pudo hablar sobre su percepción espiritual, con visitantes de todo el mundo. El Heraldo conversó con ella acerca de esta búsqueda y cuál era su propósito al participar en la convención.
¿Cómo fue que decidiste tomar parte en esta convención?
Sentí que tenía algo en común con los que visitaban la convención: la búsqueda de realización. Hay que llegar a la gente en cualquier etapa de su viaje espiritual. Dios obra así, y yo quería compartir esta idea con los que asistieran.
¿Conoces las teorías de la New Age?
Hace unos años, estaba interesada en los horóscopos, la lectura de la palma de la mano y en los péndulos. Sentía curiosidad por saber si existía algo que determinara mi trayectoria o mi suerte. Tenía la sensación de que los péndulos y los horóscopos estaban en un nivel espiritual.
¿Cómo conociste la Christian Science?
Por intermedio de un amigo. La verdad es que la Biblia y Dios nunca me habían interesado. Pero esta persona siempre estaba leyendo la Biblia y Ciencia y Salud, así que me puse a curiosearlos y me parecieron buenísimos. Los absorbí como una esponja.
Al principio, no podía entender cómo podía ser yo la imagen y semejanza de Dios. Siempre me había parecido que Dios estaba allá arriba y que era inalcanzable. Y de pronto, fue como si alguien hubiera encendido la luz. Entendí lo que significaba ser Su imagen y semejanza: Dios se expresa a través de mí. Cuanto más aprendía acerca de Dios, más descubría que no necesito pedirle prestada seguridad a Él, sino que Él es el origen mismo de mi seguridad.
¿Qué piensas de los horóscopos ahora?
Cuando estoy en la peluquería hojeando las revistas y veo un horóscopo, ya no significa nada para mí. Entiendo que soy una idea de Dios y que no puede ser parte de doce grupos de signos gobernados por doce estrellas o constelaciones. Los signos del Zodíaco son hermosos y las constelaciones fascinantes. Pero se ha vuelto totalmente ilógico para mí que un signo del Zodíaco determine mi carácter, porque Dios es por siempre el único Padre-Madre de cada uno de nosotros. Hoy en día le pido a Dios y no a los horóscopos, que me guíe.
Te voy a dar un ejemplo. Yo fabrico joyas y restauro muebles que requieren un proceso especial. Durante más o menos seis meses busqué un lugar para alquilar que fuera una combinación de taller y tienda con vidrieras al frente. Miré alrededor de quince tiendas. En cada una de ellas veía algo que me daba deseos de trabajar allí. Pero por un motivo u otro, ninguna resultó. A veces me sentía desilusionada cuando otra persona las alquilaba antes que yo, pero no tenía ninguna razón para estar triste porque confiaba en Dios. Sabía que había un lugar para mí y que Dios me guiaría hasta él. Así que continué buscando. Entonces volví a una tienda en la que ya había estado antes, pero que pensé que era demasiado cara. Resultó que me habían dado un precio equivocado. Inmediatamente escuché un sonoro “¡Sí!” dentro de mí. Y ése fue el lugar perfecto para mí.
¿Crees que la guía de Dios también ofrece curación para las enfermedades?
Por cierto que sí. Hace dos semanas estaba en el baño, cepillándome los dientes, cuando, súbitamente, sentí un fuerte dolor en la espalda. Iba de la cabeza a los piernas. No me podía doblar hacia atrás ni hacia adelante. Primero me senté y leí. Encontré una frase poderosa en Ciencia y Salud que decía: “La acción restablecedora del organismo, cuando es sostenida mentalmente por la Verdad, sigue su curso natural”.Ciencia y Salud, pág. 447. Oré sabiendo que Dios me sostiene, como si fuera mi columna vertebral, y que no puedo tener ningún sufrimiento. Antes de conocer la Christian Science había tenido dos veces este mismo problema. Había durado dos o tres semanas, incluyendo visitas al médico e inyecciones. Pero esta vez fui completamente sanada en un día y medio.
Estoy agradecida por haber encontrado a Dios a través de la Christian Science.