Mi corazón se quedó en Buenos Aires cuando la visité por primera vez en 1994. Hay un lugar muy especial en mi pensamiento para esta ciudad, el país donde se encuentra y su gente.
Es bueno recordar que la situación en la que viven no sobrevino de la noche a la mañana. El país ha estado sufriendo inestabilidad por muchas décadas.
A principios del siglo XX circulaba una expresión en París, Francia, que decía: "¡Tan rico como un argentino!" Los argentinos, que obtenían su dinero de la carne de res y de los recursos naturales del país, viajaron por todo el mundo, especialmente a Europa, y al regresar a su tierra crearon el París de América del Sur. Aún hoy, se puede ver esta Ciudad Luz, oculta bajo los carteles y el abandono, cuando uno visita Buenos Aires y se cruza con sus ciudadanos tan elegantes, educados y refinados.
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