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En momentos de crisis

Del número de abril de 2002 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


En Situaciones así, las ideas que a uno le vienen al pensamiento siempre tratan de ser reconfortantes. Si bien han pasado muchas cosas, veo que la gente tiene como una esperanza renovada, como la esperanza de una nueva vida, y sobre todo veo que hay mucha gente que se está inclinando cada día más hacia la oración.

La República Argentina, así como otros países del mundo, está pasando por trementos momentos de crisis, momentos de decisiones que van a tener un impacto fundamental en la sociedad y en la economía. ¿De dónde se pueden sacar las fuerzas y la visión para salir adelante? El Heraldo de la Christian Science publica algunos comentarios al respecto.

Las opiniones a veces difieren un poco, porque acá todo sucedió de una manera muy rápida. Pero, en el fondo yo creo que está la esperanza de que todo va a pasar y de que la gente se va a volver a recuperar, tanto en lo económico como en lo moral. Pero ese deseo de recurrir a la oración es muy bueno en esta situación.

He visto que hay muchas otras religiones que también se han unido para orar por la paz mundial, no solo por la paz de Argentina. Se comparte mucho más. Se ve más que nunca que "la necesidad extrema del hombre es la oportunidad de Dios", como dice Ciencia y Salud (pág. 266).

Considero que a veces se espera demasiado de otra persona, sobre todo, digamos, a nivel gubernamental. Pero en ese caso también la oración tiene un gran poder, porque la persona llega a comprender que tiene en sus manos la habilidad para encontrar el equilibrio entre lo humano y lo divino. Podemos recurrir a la oración y al estudio consagrado de la Biblia. Yo creo que uno puede ayudar mucho a su país al orar por las autoridades que lo gobiernan.


Cuando pienso en Argentina, recuerdo la historia de la Biblia que relata la salida de los hijos de lsrael de Egipto. Moisés los lleva por el desierto hasta la tierra que Dios les había prometido, una tierra donde fluye leche y miel. Moisés manda a un grupo de hombres para inspeccionar ese lugar. (Véase Números 13). Y cuando regresan le confirman que, realmente, la tierra es muy buena, y que en ella fluye leche y miel. Pero la mayoría de esos hombres tiene mucho miedo, porque el pueblo que habita esa región es muy fuerte y ellos sienten que no van a poder derrotarlos. Entonces Caleb, que era uno de los que fue a explorar el lugar, los alienta y les dice: "Podemos entrar. Podemos tomar la tierra". Les dice que no tienen que tener miedo porque Dios les prometió esa heredad, de manera que El mismo les dará la fuerza y la inteligencia que necesitan para poder entrar y tomar posesión de esa herencia. Pero el pueblo tiene miedo y se niega a entrar a la tierra prometida. Incluso lloran y se lamentan por haber salido de Egipto. Dicen: "Bueno, éramos esclavos, pero por lo menos teníamos algo que comer".

Yo siento que Moisés le dio al pueblo de lsrael una oportunidad. Les dio la oportunidad de hacer borrón y cuenta nueva, de olvidarse del pasado y empezar una vida totalmente renovada. Para los argentinos, la Argentina es como esa tierra prometida donde fluye leche y miel. Y el pueblo fuerte, al que se refiere la Biblia, son los grandes desafíos que el pueblo argentino está enfrentando en estos momentos. Y yo considero que sería bueno que vieran esta situación como una oportunidad para empezar de cero. Porque tienen todo lo que necesitan para salir adelante, tienen tierras, preparación profesional, educación, y lo que es más importante, un pueblo luchador. Entonces, yo pienso que deberían dejar atrás todo lo que pasó, porque no pueden cambiar el pasado; pero sí tienen en sus manos el poder de cambiar el futuro; y no solo el futuro de cada uno de ellos, sino el futuro del país mismo, para que la Argentina sea una gran nación, con sencillez de corazón y nobleza de alma.

La oración es una herramienta sumamente poderosa. Es el arma que los va a sacar de la posición en la que están, y que los va a ayudar a superar esos desafíos. Porque los desafíos no son solo materiales, sino también morales. Y Dios puede ayudarnos a transformar el pensamiento. Y la oración puede contribuir a que el pensamiento de todos vaya evolucionando, y la gente vaya expresando los principios morales que vienen de Dios, como son la honradez y la honestidad. Entonces en lugar de seguir hablando de la corrupción y de la deshonestidad que han sufrido, pueden mirar adelante y reconocer esa presencia divina en cada pensamiento humano.

lmaginate si todos oraran, como ya empezaron a hacer en cadena de oración varias denominaciones religiosas, todos juntos, reconociendo esa supremacía de Dios. Sin darse por vencidos, sin mirar atrás, sin tratar de sacar ventaja de la situación, si no manteniéndose firmes, todos, en un solo pensamiento y propósito, para sacar el país adelante, sabiendo que Dios es omnipotente y gobierna todo con armonía. Me gusta recordar siempre que para Dios todas las cosas son posibles.


"Estad quietos, y conoced que yo soy Dios". En momentos así de crisis, me gusta recordar este pasaje del Salmo 46. También, en el Antiguo Testamento, en 2o de Crónicas, capítulo 20, cuando un gran ejército enemigo amenaza al pueblo hebreo, el profeta les dice: " ...estad quietos, y ved la salvación de Jehová con vosotros".

"Estad quietos" no quiere decir que no hagamos nada. Sino que mantengamos un sentido de paz, de serenidad, de calma en medio de la tormenta misma, para poder pensar y orar con inteligencia, para encontrar y desarrollar soluciones, en cooperación los unos con los otros, con la ayuda de todos. Es importante tener esa confianza de que hay un poder que es más grande que uno mismo, que hay una inteligencia divina que no es limitada. Y que nosotros podemos recurrir a esa inteligencia divina para resolver los problemas. Esa inteligencia divina y el Amor divino es lo que nos ha creado y por lo tanto hay esa relación íntima entre cada uno de nosotros, y de todo el pueblo, con Dios, con el Amor divino, la Mente divina, la Vida divina, que nos ha creado y que nos mantiene.

Jesús tenía la maravillosa capacidad de permanecer tranquilo siempre, en todo tipo de situaciones difíciles. Él calmó la tormenta, alimentó multitudes, y resultó ileso, aun en medio de una muchedumbre que lo perseguía. Sanó toda forma de enfermedad. ¿Y cómo lo hizo? Pienso que pudo hacerlo porque reconocía que por sí solo no podía hacer nada, sino que estaba íntimamente conectado con Dios, la Mente divina, el Amor divino, para quien todo es posible. Así surgían las soluciones. Y en momentos de crisis, Jesús dio pruebas de lo que enseñó: que la inteligencia divina es un recurso que está al alcance de todos y satisface todas nuestras necesidades. Y, más que nada, él demostró cómo podemos, cada uno, mantenernos alertas, calmados, en paz y no dejarnos llevar por la desesperación general, por lo que la televisión o los diarios o los rumores puedan estar diciendo.

Podemos mantenernos firmes en nuestro propósito de transmitir paz, amor, armonía y un sentido de cooperación, inteligencia y honradez que nos va llevar a encontrar las soluciones necesarias. Alguien me dijo una vez que en el idioma chino el símbolo que significa crisis, también significa oportunidad. Cada crisis, grande o pequeña, nos da la oportunidad de ir más allá de las limitaciones que nos imponemos a nosotros mismos, y demostrar que la inteligencia divina nos capacita y hace que nos esforcemos aún más por expresar esa inteligencia que nos guía a soluciones que tal vez parecerían ser imposibles. En Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, Mary Baker Eddy dice: "Cada prueba de nuestra fe en Dios nos hace más fuertes". Y después dice: "Cuanto más difícil parezca la circunstancia material que deba vencer el Espíritu, tanto más fuerte debiera ser nuestra fe y tanto más puro nuestro amor" (pág. 410).

Es muy importante no dejarse agobiar por los problemas, no permitir que oscurezcan nuestra visión espiritual. La otra noche un amigo me dijo: "¿Te das cuenta de que cuanto más oscura es la noche, más brillantes se ven las estrellas?" Y eso me hace pensar que verdaderamente en momentos tan difíciles si podemos recurrir de inmediato a Dios, quien nos da esa visión espiritual, quien nos da la fuerza para continuar luchando para encontrar la solución a los problemas, entonces el camino se abre y los obstáculos desaparecen. Cada uno de nosotros es una expresión de la luz divina, del Amor y de la Vida divinos, y cuanto más grande el problema, más grande es la capacidad que tenemos de brillar cada vez con más claridad, y transmitir esa luz, que nos ayuda a nosotros y a otros, a encontrar soluciones viables.

La oración también nos hace comprender más claramente que Dios nos está guiando a todos. Que la misma inteligencia a la que recurrimos nosotros, cuando nos volvemos a Dios, es la inteligencia a la que pueden recurrir los funcionarios del gobierno, los vecinos, los amigos, todos. Y que en realidad, estamos todos juntos en el mundo entero, orando para resolver estos problemas, y comprender mejor que Dios gobierna cada nación, cada país.


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