La educación académica es un vehículo para que podamos desarrollar nuestros talentos innatos y ser útiles a la sociedad.
Más aún, “la educación no consiste en llenar una vasija, sino en encender una llama”, según escribió hace unos cien años el poeta y dramaturgo irlandés William Yeats. Y a esto aspiran precisamente algunos métodos de enseñanza modernos.
Entonces, ¿es (1) la educación la que desarrolla nuestra inteligencia?, o ¿es (2) la inteligencia la que abre el camino a nuestra educación?
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