Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

La curación metafísica

Listo para sanar

Del número de mayo de 2002 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Para Tener Éxito la preparación es esencial. El extraordinario campeón de golf, Tiger Woods dijo por televisión que dedica muchas horas del día, incluso de la noche, a pensar en el juego. Repasa mentalmente sus golpes y trata de aprender de su experiencia pasada. Podríamos decir que practica constantemente.

Si bien no soy una super estrella del deporte, el ejemplo de Tiger me parece útil. Considero que para sanar mediante la oración en la Christian Science se requiere del mismo estudio y reflexión que necesita un deportista profesional o un músico. Mi comprensión de la infinita bondad de Dios y de la relación que cada uno de nosotros tiene con el Espíritu deben crecer continuamente. Siempre hay algo que aprender respecto a Dios, para luego poner en práctica.

En la práctica de la curación por la Christian Science es muy importante reemplazar pensamientos y tendencias no saludables — como la deshonestidad, la falta de consideración y el temor a la enfermedad — por mejores actitudes, tales como la integridad, el amor y la comprensión de que Dios mantiene la salud. Esta regeneración mental y espiritual me fortalece y me prepara metafísicamente para superar las dificultades que se presenten.

Vivir y pensar de acuerdo con Dios a cada momento, es como escalar una montaña, por lo que no deberíamos sorprendernos si muchas veces nos resbalamos y caemos en el intento. No obstante, me he dado cuenta de que mis pasos son más firmes cuando mantengo una actitud vigilante y expulso de mi conciencia todo lo que contradiga lo que Dios sabe acerca de mí o de otros. A través de años de estudio y práctica de la curación espiritual, he llegado a comprender que Dios es Mente infinita y nos ha creado a Su imagen, como ideas espirituales y perfectas. Por eso trato de rechazar de inmediato de mi pensamiento todo lo que niegue la perfección de Su creación. Este esfuerzo por mantener mi pensamiento en línea con Dios vence el temor y las sugestiones mentales que pretenden ocultar la perfección que Dios crea y mantiene en todos. Aceptar mi integridad y perfección espirituales y esforzarme por demostrarlas son elementos esenciales de mi trabajo como sanador.

He descubierto también que dedicar tiempo a la oración y al estudio espiritual me ayuda a mantener mi pensamiento concentrado en Dios y a estar listo para ayudar a otros. El siguiente ejemplo ilustra este punto. Una vez sentí el fuerte deseo de comprender mejor dos conceptos: la eternidad y la manera en que Jesús sanaba, por lo que estudié lo que la Biblia y Ciencia y Salud dicen al respecto. Medité especialmente en la siguiente cita del libro de texto: "La eternidad, no el tiempo, expresa la idea de la Vida, y el tiempo no es parte de la eternidad".Ciencia y Salud, pág. 468. Si bien había leído ese pasaje muchas veces, me asombró darme cuenta de que la eternidad indica la vida que nunca comienza y nunca termina, y expresa continuamente la actividad inteligente de Dios. De modo que la identidad de cada persona es el reflejo de Dios, jamás afectada por el tiempo, no sujeta a decadencia ni a nada desemejante a la vida eterna.

Una señora con esclerosis múltiple sana con la oración.

Consideré también lo que Jesús dijo a sus seguidores acerca de la oración: "Cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público". Mateo 6:6. En Ciencia y Salud, Mary Baker Eddy se refiere a ese pasaje de la siguiente forma: "El aposento simboliza el santuario del Espíritu, cuya puerta se cierra al sentido pecaminoso, mas deja entrar a la Verdad, la Vida y el Amor..." Y más adelante dice: "En el santuario tranquilo de aspiraciones sinceras, tenemos que negar el pecado y afirmar que Dios es Todo".Ciencia y Salud, pág. 15.

Esto me ayudó a ver más claramente que los pensamientos de pecado y enfermedad, contrarios a la naturaleza completamente buena de Dios, no pueden entrar en el santuario del Espíritu. Jesús muchas veces pedía a quienes sanaba que no pecaran más, lo que indica que los errores y las debilidades deben enfrentarse y corregirse. Pero la verdad es que el abandono del pecado consiste en reemplazar la percepción negativa que se tiene de uno mismo por la clara comprensión de nuestra identidad espiritual, que es absolutamente inocente. Esto nos capacita para vivir de acuerdo con nuestra valía e integridad espirituales. Esta regeneración espiritual garantiza la curación del pecado.

Cada hombre y cada mujer es en verdad una idea de Dios existente en la Mente divina, siempre libre de todo poder desemejante al bien. Por lo tanto, la ley divina del bien inevitablemente elimina el castigo inherente a los pensamientos de pecado y temor. Jesús entendía que esta ley era el único poder y por ende sanaba constantemente. La curación es el efecto de la ley de Dios en acción.

Después de mi estudio sobre la eternidad y la oración cristiana, una mujer a quien los médicos habían diagnosticado esclerosis múltiple, me pidió que orara por ella. La inspiración que había obtenido de mi estudio y oración me permitió identificarla espiritualmente y comprender que vivía por siempre en el santuario sagrado del Espíritu, donde no hay enfermedad, pecado ni muerte. Pude ver con claridad que los pensamientos de resentimiento y el temor a la incurabilidad no fueron creados por el Espíritu y por lo tanto no pueden existir en Su santuario. No son, ni han sido jamás, parte de la identidad del hombre, la semejanza del Espíritu. Afirmé en mi oración que sólo lo que procede de Dios puede existir eternamente, porque sólo Dios es eterno. "La misericordia de Dios es continua", Salmo 52:1. afirmó el Salmista. Ciertamente, la salud y la integridad son aspectos de esa misericordia eterna.

Esta señora sanó muy rápido. Días más tarde, los médicos le informaron que no quedaban vestigios de la enfermedad. Su curación ha sido permanente y es para mí una prueba del alcance del poder sanador de Dios. Tiempo después, un instituto médico solicitó información sobre el tratamiento de la Christian Science para ayudar a sus pacientes de cáncer y se les sugirió que entregaran a los pacientes ejemplares de Ciencia y Salud.

El poder sanador pertenece a Dios; la preparación espiritual permite al practicista reflejar ese poder. Estoy aprendiendo que nunca es demasiado pronto ni nunca es demasiado tarde para prepararse espiritualmente. Ciertamente hay muchas ocasiones para hacerlo. Cada ofensa o injusticia en la que incurrimos o percibimos en los demás, cada accidente o error, por más pequeño que sea, nos da la oportunidad de espiritualizar nuestro pensamiento y nuestra vida. La bondadosa ley de Dios es suprema. El sufrimiento no tiene poder. No hay autoridad que lo respalde, porque el poder de Dios — el único poder que existe — sólo permite el bien. Sin embargo, el sufrimiento puede ser provechoso si genera en nosotros un sincero deseo de conocer mejor a Dios y nuestra relación y la de nuestros semejantes con Él. De esta forma estaremos dando los pasos adecuados para dejar de sufrir.

Ya poseemos las cualidades necesarias para progresar y convertirnos en mejores sanadores. Esas cualidades son parte de nuestra identidad otorgada por Dios. Es natural reemplazar todo lo que es desemejante a esta identidad verdadera por las cualidades que reflejamos de Dios por ser Su expresión. Cuanto más persistentes seamos en este proceso, mejor preparados estaremos para practicar la curación cristiana en beneficio propio y en el de los demás.

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / mayo de 2002

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.