Los Alumnos de mi clase de la Escuela Dominical estaban esperando que yo diera la última palabra a una pregunta que había causado mucho revuelo: ¿Habría aceptado Noé termitas en el arca? Véase Génesis caps. 6–9.
—¡Noé no lo habría permitido! — insistió un niño.
—¡Por supuesto que sí! — replicó su hermana —. Lo hizo, ¿no? — me preguntó casi suplicando, volteándose hacia mí.
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