Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

¡Bienvenida, Fiona!

Del número de febrero de 2004 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Estoy en mi oficina en Boston, y acabo de recibir una Ilamada de Berlín contándome de la enorme alegría que recibieron tus padres CUANDO LLEGASTE AL MUNDO, SANA Y VIVAZ. ¡NO VEO EL MOMENTO DE VERTE!

Te deseo tantas cosas para tu futuro: salud, satisfacción y realización en la vida. También deseo que tengas buenos amigos que estén contigo, especialmente en los momentos difíciles. Espero que a lo largo de tu vida puedas terminar cada día con una sonrisa. Y que sepas que siempre habrá alguien cerca de ti que te dará consuelo cuando lo necesites.

Cuando algún día leas esta carta tú misma, quizá te interese saber lo que estaba ocurriendo en el mundo cuando naciste. Yo quisiera contarte especialmente sobre la situación de la mujer. Hay tres sucesos que se destacan para mí y que puede que algún día te sorprendan. Los mismos describen bastante bien el papel que cumplen las mujeres en algunas partes del mundo en la época actual. En Nigeria una corte aceptó la apelación — después de fuertes protestas internacionales — para impedir que una mujer muriera lapidada.

Iniciar sesión para ver esta página

Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / febrero de 2004

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.