Estoy en mi oficina en Boston, y acabo de recibir una Ilamada de Berlín contándome de la enorme alegría que recibieron tus padres CUANDO LLEGASTE AL MUNDO, SANA Y VIVAZ. ¡NO VEO EL MOMENTO DE VERTE!
Te deseo tantas cosas para tu futuro: salud, satisfacción y realización en la vida. También deseo que tengas buenos amigos que estén contigo, especialmente en los momentos difíciles. Espero que a lo largo de tu vida puedas terminar cada día con una sonrisa. Y que sepas que siempre habrá alguien cerca de ti que te dará consuelo cuando lo necesites.
Cuando algún día leas esta carta tú misma, quizá te interese saber lo que estaba ocurriendo en el mundo cuando naciste. Yo quisiera contarte especialmente sobre la situación de la mujer. Hay tres sucesos que se destacan para mí y que puede que algún día te sorprendan. Los mismos describen bastante bien el papel que cumplen las mujeres en algunas partes del mundo en la época actual. En Nigeria una corte aceptó la apelación — después de fuertes protestas internacionales — para impedir que una mujer muriera lapidada.
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