Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

"Porque un niño nos es nacido..."

Del número de febrero de 2004 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Eran cerca de las siete y media de la noche del 20 de septiembre de 1985, cuando nuestro departamento, en un cuarto piso, en la ciudad de México, comenzó a sacudirse con fuerza. Sentí como un dolor fuerte en el pecho y me di cuenta de que tenía miedo. Las imágenes del día anterior que había visto en la televisión tras el devastador terremoto que habíamos sufrido, acudieron de inmediato a mi mente. Pensé en lo que, de acuerdo con las instrucciones impartidas por las autoridades, teníamos que hacer. Pero de pronto, con una hermosa sonrisa en los labios mi hijo de 8 años comenzó a cantar un himno que había aprendido en la Escuela Dominical. No, no era cualquier himno, sino uno que afirmaba con toda certeza la omnipresencia y omnipotencia de Dios. Uno que hablaba con convicción de que el Padre con Su amor infinito siempre protege a todos Sus hijos. Mi pequeña de tres años enseguida se unió a su hermano también con una sonrisa. Y la cosa más maravillosa ocurrió... gracias a la pureza, inocencia y firmeza espiritual de esos dos pequeños, el temor que me embargaba desapareció, y el temblor, que fue de 7.5 en la escala de Richter, cesó.

Con los ojos inocentes de antaño.

Cuántas lecciones podemos aprender de los niños. Su risa fácil y sincera, su alegría contagiosa, su inteligencia, su honestidad, su potencial. Y está en nosotros, los adultos, lograr que ellos conserven esas cualidades y lleguen a ser ciudadanos buenos y felices, útiles para la sociedad.

Iniciar sesión para ver esta página

Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / febrero de 2004

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.