Nací en la quinta ciudad más grande del mundo, São Paulo, Brasil. Se trata de una ciudad llena de contrastes: hay récord de ventas de marcas francesas extremadamente caras, mientras millones de habitantes se mueren de hambre.
Es necesario amar a los niños sin distinción, con esperanza y compasión.
En algunos vecindarios elegantes, familias pequeñas viven en departamentos o casas de más de mil metros cuadrados, mientras que tan sólo a unas cuadras, sus vecinos con cinco o seis hijos tratan de sobrevivir en un cuarto, construido por lo general de madera con piso de barro.
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